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Sarampión: enfermedad contagiosa

Es una de las patologías trasmisibles más contagiosas, es decir, por cada caso confirmado habrá 12 a 18 casos en población no inmune.

 

 

La Dra. Carla Bastías Oñate, Jefa del Laboratorio de Inmunología del Hospital Clínico Universidad de Chile habla acerca del sarampión. 

 

¿Qué es el sarampión?

 Es una enfermedad  exantemática aguda producida por el virus de Sarampión cuyo único reservorio son los seres humanos, tiene distribución universal y actualmente esta enfermedad está controlada en muchos países. Sin embargo, en aquellos donde aun está presente puede representar una alta tasa de morbilidad y mortalidad. 

Específicamente en Chile no hay transmisión autóctona desde 1993 (último caso 1992) y en las Américas, desde el año 2002, por lo cual se considera una enfermedad eliminada aunque siempre existe la posibilidad de brotes importados desde otras partes del mundo. 

¿Cuáles son los síntomas?
Clínicamente se manifiesta con un periodo prodrómico de fiebre, compromiso del estado general,   coriza y conjuntivitis (4 a 7 días) luego se agrega exantema maculopapular (pequeñas manchas y pápulas rojizas) que comienza en rostro y luego se generaliza durando desde 4 a 7 días, en algunos casos también se presentan pequeñas manchas eritematosas con centro blanco en mucosa oral (manchas de koplik). 

¿Cuál es la población de riesgo?
En condiciones normales el sarampión es una enfermedad debilitante con compromiso del estado general, el virus invade principalmente el tracto respiratorio se disemina a través de leucocitos del sistema retículo-endotelial e invade los Linfocitos T, deprimiendo así la inmunidad adaptativa mediada por células. Por lo tanto, las complicaciones pueden ser a consecuencia de la propia infección vírica o de una sobreinfección bacteriana. 

Las complicaciones principales del sarampión son  otitis media, laringotraqueobronquitis, neumonía, meningoencefalitis y diarrea.

Los niños pequeños no vacunados son quienes corren mayor riesgo de sufrir el sarampión y sus complicaciones. Las mujeres embarazadas sin vacunar también constituyen un importante grupo de riesgo.

Además esto se agrava si los niños son malnutridos, y sobre todo si no reciben aportes suficientes de vitamina A.

Especial atención merecen las personas inmunodeprimidas en quienes la enfermedad es grave y muchas veces no desarrollan la erupción cutánea típica.  

¿Cómo se trasmite?
Se transmite por contacto directo con gotitas de secreciones nasofaríngeas infectadas y más raramente por transmisión aérea (aire). El período de transmisibilidad va desde 4 días antes del inicio del exantema (machas y pápulas en la piel) hasta 4 días después de la aparición del exantema. El período de incubación corresponde a un promedio de 11 días después de la exposición (contacto con un enfermo en período de transmisión de la enfermedad) hasta el comienzo de los síntomas, (rango de 7 a 21 días).

¿Cómo se diagnostica? 
Primero debe existir la sospecha clínica basada en los síntomas y signos, además de los antecedentes epidemiológicos, tales como, vacunación, viajes al extranjero y/o contacto con persona infectada en forma reciente.

Posteriormente es posible realizar la detección de  anticuerpos IgM específico contra el Sarampión por técnica de ELISA (en dos muestras serológicas obtenidas con un intervalo de 2 a 3 semanas). Este test no es recomendable si la persona ha recibido una vacuna que contenga el antígeno del Sarampión entre 8 días y 6 semanas antes de la obtención de la muestra y no existen pruebas de transmisión de sarampión en la comunidad ni ningún antecedente de viaje.

También es posible evaluar la  Seroconversión de IgG específica para Sarampión o su aumento significativo  (cuando la segunda muestra de suero se recoge como mínimo 10 días después de la primera muestra aguda). Esto no es recomendable si la persona ha recibido una vacuna que contenga el antígeno del sarampión entre 8 días y 6 semanas antes de la obtención de la muestra y no existen pruebas de transmisión de sarampión en la comunidad, ni ningún antecedente de viaje. 

Finalmente es posible la detección del virus de Sarampión mediante técnica de PCR, esto permite además la tipificación de la cepa viral. 

En Chile y a través del Instituto de Salud Pública (ISP) existe un plan de vigilancia integrada de sarampión y rubeola en el cual todos los casos sospechosos se deben notificar inmediatamente a través un formulario creado para ello y estos casos se les toma muestra de sangre para el estudio serológico correspondiente. 

Es importante destacar que a partir del año 2006, la Sección de Virus Respiratorios-Exantemáticos del ISP cuenta con la Certificación - OPS de laboratorios para el diagnóstico de Sarampión –Rubéola como laboratorio oficial de la OMS/OPS.

¿Cómo se trata?
No existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del Sarampión, siendo las medidas de soporte, tales como, hidratación y manejo de la fiebre de gran importancia.
 
Las complicaciones graves del sarampión pueden tratar de evitarse con un tratamiento de apoyo que garantice una buena nutrición y una ingesta suficiente de líquidos. En casos de complicación se debe realizar manejo especifico dependiendo del cuadro clínico, muchas veces con necesidad de hospitalización. 

Además la OMS específica que “Todos los niños de los países en desarrollo diagnosticados de sarampión deben recibir dos dosis de suplementos de vitamina A con un intervalo de 24 horas entre ambas”. Este tratamiento es eficaz para restaurar los niveles de vitamina A, que durante la enfermedad suelen ser bajos incluso en los niños bien nutridos, y puede ayudar a prevenir las lesiones oculares y la ceguera. 

¿Cómo se previene?
Dado que el reservorio único del virus es el ser humano, la vacunación contra el Sarampión constituye la mejor medida preventiva.

 La vacunación sistemática de los niños contra el sarampión, combinada con campañas de inmunización masiva en países con elevada incidencia y mortalidad son estrategias de salud pública fundamentales para reducir la mortalidad mundial por sarampión. 

La vacunación contra el sarampión ha proporcionado grandes beneficios de salud pública, reduciendo la mortalidad mundial por esta causa en un 75% entre 2000 y 2013. 

En Chile, la vacuna del sarampión está incluida en el Programa Nacional de Inmunización (forma parte de la vacuna Trivírica contra Sarampión, Rubeola y Parotiditis) y se administra una dosis al año de vida y luego a los 6 años (primero básico) en forma gratuita. Además se han realizado campañas de vacunación de seguimiento, con el fin de aumentar la cobertura. 

En relación a casos de Sarampión en las Américas ocurridos durante 2014, el MINSAL recomendó vacunar contra sarampión a: 

-Personas nacidas entre los años 1971 y 1981 que viajen al exterior y que no tengan el antecedente de enfermedad o que no hayan recibido 2 dosis de vacuna contra Sarampión después de los 12 meses de edad. 
- Lactantes entre 6 y 11 meses 29 dias de edad que viajan al extranjero. 
- Niños y niñas entre 1 a 6 años que tienen solo una dosis administrada. 

¿Qué hacer en caso de sospecha de sarampión?
En caso de sospecha es importante acudir precozmente a los servicios de atención de salud para una evaluación médica.  Es importante estar informado sobre los síntomas y los antecedentes epidemiológicos asociados al sarampión.