Luis Arriagada Martínez, funcionario
HCUCH
"Hace 51 años que
trabajo en el Hospital y he vivido gran parte de
su historia"
Luchito, como lo conocen sus
colegas de trabajo, habla de la historia del
Hospital, cuenta algunas anécdotas, recuerda a
próceres de la Medicina y evoca las
transformaciones importantes que ocurrieron a lo
largo de los años.
Desde 1965 Luis Arriagada Martínez,
administrativo del Departamento de
Abastecimiento, recorre los pasillos del
Hospital Clínico Universidad de Chile. Llegó con
tan solo 19 años de edad a trabajar al Servicio
de Alimentación y este año cumplió 51 años en la
Institución. "Entré cuando estaba de Director
del Hospital el Dr. Carlos Avendaño Albornoz,
quien fue el segundo en el cargo".
¿Cómo era el Hospital en aquella
época?
"Cuando Llegué al Hospital
José Joaquín Aguirre era de color amarillo
pálido y las cuatro torres de infraestructura
estaban unidas recientemente. No había tantas
oficinas administrativas, ya que la mayoría de
los sectores eran lugares de enfermos y el
Hospital era dirigido principalmente por
médicos.
¿Cómo fue cambiando?
"Con
el tiempo el Hospital se pintó de color azul
fuerte y en la época todos los funcionarios
creíamos que era en honor al equipo de fútbol.
Las salas de enfermos se fueron reduciendo y
aparecieron más áreas administrativas y el
Hospital comenzó a ser dirigido no sólo por
médicos, sino también por gerentes".
La vida en el Hospital
Cuenta la historia que el Hospital San
Vicente de Paul era regentado por las Hermanas
Hospitalarias de esa misma orden, cuya casa se
encontraba a un costado de la capilla. Según
Luís Arriagada, "en 1965 aún estaba la comunidad
de monjitas, pero se encargaban principalmente
de la ropa del Hospital. Era común verlas
adornando la capilla con flores y como a las
seis de la tarde se ponían a rezar en todas las
salas de enfermos. En la noche se iban a dormir
a la comunidad, que estaba aún ubicada al lado
de la capilla".
Cuando el Hospital inició sus actividades no
existían los distintos departamentos médicos ni
subespecialidades, sino las cátedras de
Medicina, Cirugía, Obstetricia, Neurología y
Ginecología. "Recuerdo que cada área tenía sus
cátedras, en las que los profesores doctores
eran amos y señores. Estaban las de los
profesores Valdivieso, Vargas Molinares, Livio
Paolinelli. Eran unos excelentes médicos con
gran vocación de servicio y trabajaban porque
amaban su profesión", comenta.
El Hospital era el
hospital base del Área Norte, ¿Cómo era la
atención de pacientes? "Llegaban todo
tipo de pacientes. Los fines de semana era
increíble cómo se llenaba de enfermos. El
Servicio de Urgencia pasaba con sobredemanda,
sobre todo por peleas".
¿Quiénes se encargaban de las
mantenciones?
"Se encargaban los
mayordomos de la parte eléctrica, gasfitería,
entre otros. Había un sistema de llamados en los
pisos, parecidos a un semáforo. Se encendían
unas luces de colores que le indicaban a la
cuadrilla de trabajadores qué tipo de problema
había que solucionar y dónde".
¿Cómo fue la llegada de la tecnología
para los trabajadores?
"Antiguamente todo se hacía a mano.
Trabajábamos con unas máquinas grandes llamadas
sumadoras que servían para hacer planillas a las
que se les apretaban unas teclas y se les daba
cuerda. En cambio con la llegada de la
computación se nos ha facilitado el trabajo. El
Hospital nos ha capacitado contantemente y en
estos años, me ha permitido actualizar mis
conocimientos".
¿Cómo eran los jardines?
"El Hospital José Joaquín Aguirre tenía los
jardines muy bien cuidados. Pero mis colegas
antiguos de Alimentación contaban que en la
época del Hospital San Vicente de Paul los
patios eran más lindos porque las encargadas de
cuidar los jardines eran las ovejas a las que
soltaban todos los días para que pastaran y
podaran el pasto".
"En ese tiempo era un orgullo para mí
trabajar en el "J" porque tenía un gran
prestigio en la sociedad de la época y daba
cierta categoría. Todavía me siento muy
orgulloso. Tenía 19 años cuando llegué y me
encariñé mucho con la Institución; me han
gustado todas las labores que he desempeñado y
me han dejado raíces demasiado profundas. Quiero
morirme trabajando en este Hospital".
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