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¿Hay razón para temerle a la lepra?

Pueblos completos aislados por la lepra, enfermos confinados a instituciones de por vida para evitar el contagio, niños separados de sus familias por estar enfermos. Esta es la historia de la enfermedad de Hansen a través de los siglos y esto porque en la antigüedad se desconocía su causa, no existía tratamiento y los pacientes sufrían daños importantes en su organismo. 

En la actualidad existen los mecanismos diagnósticos y tratamientos adecuados que evitan su propagación.

La lepra es una enfermedad crónica infecciosa  producida por una bacteria denominada Mycobacterium leprae. Según explica el Dr. Víctor Mellado, epidemiólogo del Hospital Clínico Universidad de Chile,  “se manifiesta con lesiones cutáneas que se inician como áreas decoloradas de la piel las que pueden avanzar a lesiones ulcerativas a través del tiempo y presentan disminución de la sensibilidad. Generalmente son tratadas como alteraciones alérgicas que no responden al tratamiento normal o que reaparecen”.

¿Cómo se contagia la lepra?

El contagio estaría dado por el contacto prolongado con una persona infectada y que no se encuentra en tratamiento. Se trasmite a través de las secresiones provenientes del aparato respiratorio al toser o estornudar (gotitas de Pflugger) y  el contacto con líquidos nasales de pacientes infectados. Se discute si las lesiones ulcerativas podrían también ser infectantes. No obstante, la mayoría de las personas  que entran en contacto con estos fluidos no desarrollarían la enfermedad.

El riesgo de propagación de la enfermedad de Hansen es bajo siempre que se detecte en sus etapas iniciales y se comience rápidamente el tratamiento, con lo cual el paciente deja de ser infectante. Además nuestro país cuenta con los mecanismos para su diagnóstico y tratamiento, por lo que “la población debiera estar tranquila dada la baja capacidad de transmisión de la lepra”, afirma el especialista.

Y agrega, “el tratamiento precoz limita el daño que ocasiona en el paciente, evita que la persona propague la enfermedad y reduce las complicaciones desfigurativas a largo plazo,  los enfermos en tratamiento se vuelven no infectantes”.