Venas varicosas y embarazo
El Dr. Juan Pablo Moreno Pérez, cirujano vascular del Hospital Clínico Universidad de Chile, nos habla sobre las venas varicosas y el embarazo, sus características, cómo afectan la calidad de vida, cómo prevenirlas y cómo se tratan.
Las venas varicosas de los miembros inferiores son venas superficiales dilatadas y tortuosas, que se producen por defectos en la resistencia de las paredes de los vasos, provocando que estos se agranden y tengan ese aspecto serpentiginoso característico.
Las venas varicosas son muy frecuentes. Se estima que cerca un 30% de la población mundial las presenta y los síntomas más comunes son sensación de calor, pesadez, cansancio en las piernas, calambres y el menoscabo estético inherente.
Afortunadamente, solo en una pequeña porción de los afectados las venas varicosas se acompañarán de insuficiencia venosa significativa que les provoque hinchazón, cambios de coloración en la piel, heridas crónicas (úlceras venosas) o la aparición de coágulos dentro de las venas conocida como tromboflebitis. A este grupo de individuos que presenta complicaciones están dirigidos los tratamientos médicos y quirúrgicos, pudiendo el resto de quienes no las presentan vivir toda su vida con estas venas dilatadas sin mayor problema que el estético.
No existe completo conocimiento de la causa de las venas varicosas. El factor de riesgo más claramente identificado es la herencia y en menor medida, el sobrepeso, embarazo y trabajar de pie por largas jornadas.
Durante el embarazo , al aumentar de peso la mujer, aumenta la presión dentro del abdomen, esto sumado a ciertos efectos hormonales permite que en quienes presentan susceptibilidad aparezcan nuevas varices, se hagan más evidentes las ya existentes, aumente la hinchazón de piernas y empeore la sensación de pesadez.
En algunas mujeres la congestión venosa puede abarcar el área de los genitales, haciéndose evidentes varices en la vulva y la raíz del muslo. Lo más común es que mejoren después del parto pero de permanecer posteriormente y podrán ser tratados de ser muy molestos.
Prevenir la aparición de varices durante el embarazo es prácticamente imposible, dado el trasfondo hereditario de ellas y los inevitables cambios que presentara la mujer en los meses sucesivos. No existen fármacos que eviten la aparición o eliminen las ya existentes y los fármacos disponibles para el manejo de los síntomas no se aconsejan. Se recomienda que la mujer mantenga o aumente su actividad física y mantenga su peso dentro de las recomendaciones de su obstetra. Es muy útil para el manejo de los síntomas el uso de pantys o medias de compresión medicinal durante el día y reposar con los pies en alto por las tardes.
Tampoco es recomendable la realización de procedimientos quirúrgicos o intervenciones como escleroterapia (inyecciones para eliminar arañitas vasculares), para evitar eventuales efectos adversos sobre el feto.
Trombosis y embarazo.
Afortunadamente es poco frecuente que las varices se compliquen con trombosis durante un embarazo. Ello si bien es preocupante, tratada oportunamente tiene buenos resultados. Son signos de preocupación y ameritan la evaluación especializada: hinchazón (mayor de la habitual para el embarazo) de una sola pierna, enrojecimiento de la piel y aparición de nódulos dolorosos bajo la piel.
En suma, las varices son una condición muy frecuente que inclusive durante el embarazo pueden ser muy bien toleradas con medias de compresión medicinal y rara vez se asocian a cuadros como tromboflebitis. La mujer debe compartir sus preocupaciones con su ginecólogo o cirujano vascular, para evitar ansiedades injustificadas en un periodo tan relevante y feliz de su vida.