La leucemia linfática crónica es un tipo de cáncer que surge en las células productoras de sangre en la médula ósea, las que se transforman en  linfocitos; éstos dejan de cumplir su función, se acumulan y van desplazando a las células normales para luego viajar hasta el torrente sanguíneo. Al proliferar, deterioran el funcionamiento normal de otras células del organismo, infiltrando ganglios linfáticos y órganos, como el hígado y el bazo.

Esta enfermedad es más frecuente en el mundo occidental, afectando a 5 por cada 100 mil habitantes; a diferencia de Asia, por ejemplo, donde sólo el –1 por cada 100 mil habitantes la padece. Aflige principalmente a personas mayores  de 60 años y es más recurrente en hombres que en mujeres, en una relación de 2 a 1.

Existen dos tipos de leucemia linfática crónica, una que se desarrolla lentamente y el paciente puede durar mucho tiempo con la enfermedad sin padecer síntomas o requerir tratamientos y aquellos que la presentan con rápido desarrollo, muchos síntomas y de carácter grave, es decir, puede llevar a la muerte.

El tratamiento habitual para la patología que debe ser tratada con premura es la quimioterapia. Sin embargo, existen pacientes que no responden a dichas terapias tradicionales. Este es el caso del Profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades, perteneciente al Departamento de Historia de la Universidad de Chile, Sr. Héctor Caviedes, quien a sus 71 años es una persona completamente activa, que hace 35 años forma a alumnos y para quien el rescate de los árboles frutales que están desapareciendo en Chile es una motivación de vida y un proyecto futuro.

El Profesor Caviedes se enteró de que padecía leucemia linfática crónica a raíz de la visita a un broncopulmonar que le trataría su falta de oxígeno al ejercitarse. Fue ahí cuando salió alterado su hemograma y lo derivaron a un hematólogo quien le diagnostico la enfermedad y luego de unos exámenes para precisarlo se dirigió al Hospital Clínico Universidad de Chile para iniciar su tratamiento. “Me recomendaron al Prof. Dr. Guillermo Conte y a su equipo médico con quienes me atiendo desde el año 2015. Primero me realizaron dos quimioterapias, las cuales si bien obtuvieron resultados no fueron del todo eficaces; pese a que el equipo de hematólogos fue tan riguroso al suministrarme el tratamiento, que no percibí efectos colaterales de las terapias. Finalmente, al ver que no respondía como se esperaba, los especialistas decidieron aplicarme una nueva terapia, llamada Venetoclax, con la cual me he sentido mucho mejor. De hecho, desapareció mi falta de oxígeno y he continuado haciendo clases”.

Según explica el Prof. Dr. Guillermo Conte, Jefe de la Sección de Hematología del Hospital Clínico Universidad de Chile, “ante la falta de respuesta del paciente a los tratamientos aplicados inicialmente, decidimos buscar si tenía una alteración cromosómica que se comporta en forma agresiva contra las terapias y efectivamente la padecía. Investigamos  qué medicamento le podíamos suministrar que fuera más eficiente y encontramos el Venetoclax. Es una terapia que nos sorprendió porque en 10 semanas ha recuperado al paciente con la expectativa que haga desaparecer por completo su leucemia linfática crónica, ya que ha eliminado las anomalías de su organismo. El paciente está sin síntomas y muy contento porque ha logrado hacer una vida normal; está feliz”. Y agrega, “es el primer caso clínico en nuestro país y ha sido exitoso”.

¿Cómo funciona el Venetoclax?

“Es un medicamento selectivo que va a destruir directamente las células linfáticas. En la leucemia linfática crónica hay una molécula que se llama BCL-2 que impide que las células leucémicas se mueran; el medicamento inhibe el BCL-2  y hace que otras puedan destruirse y así se desaparece la enfermedad”, detalla el Dr. Conte.

Es importante recalcar que esta enfermedad se puede detectar con un hemograma, ya que es casi asintomática y lo único que manifiesta es alteración en los linfocitos.