Sergio Olguín tiene 52 años, 3 hijos y 3 nietos; trabaja en una empresa metalúrgica y se describe como un hombre completamente sano. “Al menos eso pensaba hasta el 1 de junio, día en que me comencé a sentir muy mal, tenía síntomas de resfrío, pero eran mucho más intensos porque me dolía el pecho, tenía tos y me costaba respirar. Fui al SAPU (Servicio de Atención Primaria de Urgencia) ese día domingo, pero me devolvieron a la casa y lo mismo pasó el miércoles, hasta que el sábado en la noche mis síntomas empeoraron y nuevamente llegué al SAPU donde me nebulizaron, me pusieron suero y me derivaron al Hospital San José. Ahí me dejaron hospitalizado hasta el lunes, pero por esos días estaban en paro y me trasladaron al Hospital Clínico U. de Chile”, recuerda el paciente.

Sergio Olguín fue evaluado en el Servicio de Urgencia del Hospital San José junto a otros pacientes por una comisión del Hospital Clínico Universidad de Chile, quienes analizaron su opción de traslado. El 3 de junio fue hospitalizado en dicho recinto y el mismo día tuvo que ser internado en la Unidad de Cuidados Intensivos donde permaneció por más de 10 días. “El paciente estaba cursando una neumonía por influenza que comprometía distintos sectores de ambos pulmones, con una insuficiencia respiratoria que evolucionó hasta ser catastrófica.  Además padecía otro adenovirus y tenía una bacteria neumococo. Tuvimos que llevarlo a la UCI directamente a ventilación mecánica invasiva y a poco andar, someterlo a ventilación en decúbito prono, que es una estrategia que se utiliza en pacientes con falla respiratoria muy grave”, comenta el Dr. Rodrigo Cornejo, jefe de la Unidad de Pacientes Críticos.

Según relata la Sra. Ana Araya, esposa de Sergio, “él era un hombre sano. Lo que lo afectó fue la influenza; no se había vacunado porque no estaba en el grupo de riesgo. En el Hospital Clínico U. de Chile nos dijeron que estaba muy grave, que se estaba haciendo todo lo posible por sacarlo adelante y en algún minuto pensé que no iba a recuperar a Sergio porque lo veía muy mal”. Y agrega, “Si mi marido no llega a este Hospital, ya no estaría con nosotros. El equipo médico se la jugó por salvarle la vida, el trato fue excelente, nos contuvieron durante todo el proceso y estamos muy agradecidos como familia”.

Al respecto el Dr. Cornejo destaca, “este acuerdo de colaboración representa una tremenda oportunidad. Nosotros tenemos la función, como parte de la Universidad de Chile, de preocuparnos por la salud pública desde otra arista y tenemos las posibilidades técnicas y humanas de brindar ese apoyo”.

Sergio fue dado de alta finalmente el  26 de junio y según el especialista  debe continuar en control, ya que el haber padecido un cuadro así de grave establece un riesgo para el paciente. “Debemos seguirlo de cerca en la red. Es un paciente que estuvo expuesto y hay que controlarlo”, advierte.