Dichos instrumentos diagnósticos se van aplicando en relación a las dificultades que se detectan en el momento y especialmente, obedecen a lo solicitado por el médico tratante; puede ser neurólogo, psiquiatra, geriatra, el cual deriva al paciente y en relación a su sospecha se va orientando la evaluación.

¿De qué se trata la sesión?

Al principio de la sesión se evalúa al paciente y después se complementa la información con una entrevista familiar, en la cual se detecta cómo él se desempeña en las actividades diarias de su vida cotidiana, tanto en las complejas, como realizar viajes; como en las más sencillas, como preparar comida y también en las básicas, como vestirse y ser autónomo.

En las etapas iniciales de la enfermedad vamos a detectar muchas más fallas o alteraciones en la memoria episódica, es decir, en la capacidad para registrar información nueva. Por ejemplo, en la vida cotidiana se manifiesta en si el paciente se acuerda de qué comió, si lo visitó un familiar, etc., y en la prueba, se solicita que registre información nueva, como algunas palabras y luego de algunos minutos se le vuelven a pedir. 

¿Por qué se entrevista a los familiares?

Porque los familiares son cruciales en el abordaje de la enfermedad, ya que el Alzheimer no atañe únicamente a la persona que está sufriendo, sino a todo su entorno. Como los pacientes van perdiendo su capacidad de autonomía, se va a necesitar a toda la familia para que apoye en las diversas actividades, dado que el cuidador principal también se puede cansar.

¿Qué puede generar la sobrecarga en el cuidador de un paciente con Alzheimer?

El cuadro de sobrecarga del cuidador en una primera etapa se queda en eso, pero si éste no recibe el cuidado necesario puede terminar en una depresión o en cuadro ansioso depresivo y en vez de un enfermo, habrá dos. Es por eso que se requiere cuidar al paciente y a su entorno cercano.