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Claves para mantener una buena hidratación

El agua es primordial para la vida. La utilizamos para el transporte de otros nutrientes y desechos; regular la temperatura; mantener la estructura de los tejidos y ayudar a las funciones celulares.

El agua es primordial para la vida. La utilizamos para el transporte de otros nutrientes y desechos; regular la temperatura; mantener la estructura de los tejidos y ayudar a las funciones celulares. El total de agua corporal es regulado para que las pérdidas que se producen sean compensadas. De este modo, el balance hídrico corporal determina que exista un equilibrio entre las entradas y salidas de fluidos.


 

“El proceso del envejecimiento se asocia con diversos cambios fisiológicos que pueden afectar la capacidad de mantener el balance hídrico. La disminución del porcentaje del cuerpo que es agua, esto es un 60% en un recién nacido y un 40% en un octogenario, implica que pequeños cambios en la hidratación, ya sea por aumento de las pérdidas (diarrea o vómitos) o por disminución en la ingesta de líquidos, provocan repercusiones más relevantes en el organismo. A menudo se mezclan ambos factores lo que expone a un claro riesgo a los mayores”, nos comenta el Dr. Víctor Hugo Carrasco, geriatra de nuestro hospital. 

 

Y agrega que “también el ambiente puede acentuar los problemas de hidratación, como ocurrió en Europa en el verano de 2003, con más de 16 mil muertos atribuidos a la ola de calor, siendo la mayoría de ellos, personas de edad avanzada. Otro factor a destacar son las patologías crónicas y los tratamientos farmacológicos propios de las personas de edad avanzada que determinan una mayor vulnerabilidad de esta población ante la deshidratación”, indica el especialista.


 

Por todo ello es preciso prestar mucha atención a la ingesta de líquidos de las personas mayores. 


 

El aporte de agua procede de tres fuentes principales:

1. Del consumo de líquidos, incluidas otras bebidas además de agua.
2. Del agua contenida en los alimentos sólidos, pues casi todos contienen agua y muchos, frutas y verduras, especialmente, contienen una cantidad importante que puede llegar casi al 100% de su peso total.
3. De las pequeñas cantidades de agua que se producen en los procesos metabólicos de proteínas, grasas e hidratos de carbono.

Para muchas personas, especialmente las personas mayores, a veces es difícil llegar al objetivo de 2 litros de ingesta de líquidos al día, ya sea por su incapacidad física que le dificulta el acceso al agua, o bien por enfermedades crónicas.

 

Algunos adultos mayores evitan consumir líquidos por miedo a la incontinencia o para evitar urgencias de tener que ir al baño cuando se encuentran fuera de casa. Además, con la edad se producen cambios en la función renal y una importante disminución en la sensación de sed. Estas alteraciones están muy relacionadas con los problemas de deshidratación y de termorregulación en las personas de edad avanzada. A los 70 años, la capacidad de los riñones de filtrar y eliminar sustancias de desecho es aproximadamente la mitad que a los 30 años.


La disminución en la sensación de sed quizás sea el factor más importante, ya que conlleva una ingesta de líquidos mucho menor que en etapas anteriores de la vida.
La deshidratación es una seria y costosa condición médica que puede ser fácilmente prevenida. Se trata de uno de los 10 diagnósticos más frecuentes que provocan la hospitalización de los mayores de 65 años.

El agua, su mejor aliado


Para prevenir las consecuencias de la deshidratación en las personas mayores es necesario estar atento con las personas mayores que presenten múltiples riesgos de aumentar sus pérdidas de líquido (diabetes, vómitos, diarrea, fiebre…). Además, a menudo su entorno no les permite acceder al consumo de líquidos. 

 

Infórmele al adulto mayor  sobre la necesidad de beber suficiente, incluso sin tener sed. Los requerimientos hídricos son de 1,5 litros por día, que deben incrementarse cuando la temperatura aumenta o se tiene fiebre. En este caso, se recomienda medio litro más de líquido por grado de fiebre por encima de los 38ºC.

 

Consuma además de agua, té, jugosde fruta, infusiones, leche, sopa, etc. Se les debe aconsejar beber a menudo antes que consumir grandes cantidades de una vez, dado que la distensión gástrica disminuye la sensación de sed.