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La importancia del diagnóstico precoz del cáncer gástrico es cuestión de vida o muerte

El cáncer gástrico es una enfermedad neoplásica o tumor maligno que se desarrolla en los tejidos que recubren el estómago y se puede producir por múltiples factores. La infección por el Helicobacter pylori se considera la principal causa, pero también existen otros elementos que aumentan el riesgo de padecer de esta patología, tales como mayor edad, gastritis crónica, sexo masculino, alimentos ahumados o salados, dieta baja en fibra, tabaco, anemia perniciosa y antecedentes familiares.

Los síntomas de alerta son variados y muchas veces inespecíficos, por lo cual la sospecha clínica de un especialista es de gran importancia al momento de diagnosticar un cáncer gástrico.  Según comenta la Dra. Olga Barajas, oncóloga del Servicio de Oncología del Hospital, “los síntomas más frecuentes son: baja de peso, dolor abdominal, náuseas, disfagia (dificultad para deglutir los alimentos), melena (deposiciones negras de mal olor, debido a que contienen sangre), sensación de saciedad precoz y decaimiento”.


La importancia del diagnóstico precoz del cáncer gástrico es cuestión de vida o muerte. El método ideal es la endoscopia digestiva alta, pero no es claro el beneficio en forma masiva. La Dra. Barajas explica, que “en un estudio efectuado en Japón y Corea en el cual se realizó endoscopía digestiva alta a pacientes en forma masiva, se logró detectar 1 caso de cáncer en 800 personas estudiadas. Sin embargo, cuando se realiza dicha investigación en pacientes seleccionados, osea con síntomas sugerentes de la enfermedad, se puede detectar 1 caso de cáncer en 40 o 50 personas”.


¿Cómo se diagnostica el cáncer gástrico?

Principalmente por el estudio clínico que realiza un especialista a pacientes que presentan algún síntoma. Asimismo a través del resultado de exámenes como un hemograma que arroje presencia de anemia, estudio de sangre oculta en las deposiciones y finalmente, la realización de endoscopía digestiva alta, que permite visualizar el tumor y obtener biopsia para estudio histológico.


¿Qué tratamientos existen para tratarlo?

Una vez confirmada la presencia de cáncer gástrico mediante la biopsia, se deben realizar estudios de imágenes (tomografía axial computarizada de tórax, abdomen y pelvis) para definir en qué fase se encuentra la enfermedad y dilucidar si es localizada o avanzada. La etapa IV indica que el paciente tiene metástasis o que su cáncer avanzó hacia otros órganos, lo cual implica que estamos frente a una patología avanzada e incurable.

Si la enfermedad está localizada en el estómago o los ganglios cercanos a este órgano y el paciente está en buenas condiciones generales, se discutirá en el Comité Oncológico en conjunto con los cirujanos digestivos para definir si el paciente requiere realizar en primera instancia una cirugía de gastrectomía total o remoción del estómago y los ganglios o hacer un tratamiento con quimioterapia previo al tratamiento quirúrgico.

Si la enfermedad es avanzada con metástasis o está presente en otros órganos, el tratamiento de elección es la quimioterapia (medicamentos en forma endovenosa u oral que actúan contra las células tumorales) que tiene como finalidad disminuir la enfermedad, mejorar los síntomas del paciente y, por lo tanto, la calidad de vida, prolongando a su vez su sobrevida.


¿Qué factores de riesgo existen?

Entre los principales factores de riesgo están considerados los ambientales como el alto consumo de sal, bajo consumo de frutas y vegetales, ingerir alimentos ahumados y procesados, infección por Helicobacter pylori, virus Eipsten Barr. Asimismo los genéticos, tales como la historia familiar de cáncer gástrico, grupo sanguíneo A, cáncer colorectal no polipósico y otros como anemia perniciosa, tabaco, obesidad, antecedente de gastrectomía parcial y esófago de Barret.