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Niños: vacaciones saludables

El Dr. Andrés Muñoz, pediatra de la Clínica Universidad de Chile Quilín insta a los padres a redoblar medidas de higiene para evitar contaminación alimentaria.


Durante el período de vacaciones se debe igualmente estar atentos a la protección solar y a las alergias y picaduras de insectos.


Terminado el período escolar los niños disponen de más tiempo y menos obligaciones diarias. No es extraño que en esta estación los horarios se desordenen y, por end,e las comidas. Además, los niños duermen hasta más tarde y pasan su día jugando, muchas veces en contacto con la naturaleza.

Todo ello puede ser causa de enfermedades: una ingesta mayor de comida, comer alimentos no refrigerados, exponerse en un horario inadecuado a la radiación solar directa y sin protección, alergias y picaduras. 

Pero hay enfermedades que lamentablemente se imponen: diarreas por rotavirus e infecciones intestinales. Según estadísticas del Ministerio de Salud en Chile del total de ingresos hospitalarios por causa de diarreas, un 38.7% corresponden a niños entre 0 y 4 años.  

Las diarreas son definidas como un cambio en el hábito intestinal que se traduce por deposiciones de mayor contenido líquido, generalmente acompañadas de un aumento del volumen fecal y de la frecuencia de evacuaciones. 

El Dr. Andrés Muñoz, pediatra comenta que “la transmisión de agentes infecciosos está ligada a la contaminación fecal de los alimentos, la cual a su vez suele estar ligada a la contaminación de las manos de personas que manipulan alimentos, lo que repercute en los niños, ya que muchas veces el lavado de manos no está incorporado como una actividad habitual. Además, con el verano se fortalece el consumo de verduras y frutas las cuales pueden estar contaminadas”.

Las infecciones intestinales pueden transformarse en otra preocupación para los padres. Se producen principalmente por la manipulación cruzada de alimentos, es decir, por contaminación de productos crudos como carne o pescado con alimentos listos para consumir como verduras frescas. 

También pueden producirse por alimentos mal cocidos, es decir, que no alcanzan la cocción necesaria para eliminar los microbios que contienen de manera natural. 

Asimismo, pueden ser fuente de infecciones estomacales los alimentos en mal estado, ya que producto de las altas temperaturas de los días de verano o las malas condiciones de conservación de los alimentos en zonas de camping, por ejemplo, algunos productos tienden a descomponerse provocando infecciones, comenta el Dr. Muñoz. 

Frente a estos cuadros, especialmente cuando afectan a los niños, se recomienda consultar a un especialista, sobre todo si la fiebre no cede después de 48 horas, si el niño se muestra decaído y cuando existe riesgo de deshidratación debido a la presencia de vómitos.


El sol

El Dr. Andrés Muñoz recomienda como esencial que los niños utilicen bloqueadores con factor sobre 30; no sólo cuando van a la playa o piscina, sino acostumbrarse al uso diario del producto. Una característica importante que debe tener un bloqueador solar para niños es ser resistente al agua, ya que los rayos de sol son capaces de penetrar la piel mientras el niño se está bañando. 

Por otra parte, los niños menores de 6 meses no deben utilizar bloqueadores solares por la sensibilidad de su piel. El pediatra señala que los lactantes menores a esta edad no vayan por ningún motivo a la playa para prevenir el riesgo de quemaduras e insolación.

Independientemente de la protección a través del uso de bloqueadores solares, la exposición al sol deberá evitarse para los niños y adultos desde las diez de la mañana hasta después de las tres de la tarde. 

El uso de gorros en pequeños debe ser permanente si salen fuera de su hogar, esto porque los efectos del sol sobre la piel, además de producir quemaduras por insolación- son acumulativos, y pueden desencadenar, en la edad adulta, tumores con riesgo de cáncer, manchas y envejecimiento prematuro de la piel.


Alergias y picaduras

Las picaduras de insectos y las alergias son también más frecuentes durante la época estival. Las alergias más comunes son los prúrigos, urticarias y el denominado shock alérgico, causado por las temidas mordeduras de la avispa chaqueta amarilla. 

Las picaduras, en general, se manifiestan con mayor frecuencia en el verano debido al mayor contacto de niños y adultos con ambientes naturales, por lo que es preciso tomar medidas precautorias como el uso de insecticidas no tóxicos y de dispositivos del tipo enchufes, para prevenir durante el día y la noche las picaduras de insectos, además de los productos tipificados como repelentes.