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Embarazo adolescente: peligro para la mamá y para el bebé

El embarazo adolescente es un problema social pero también suele ser un problema obstétrico, ya que presentan más riesgos que a otras edades como, por ejemplo, hipertensión, parto prematuro y bajo peso al nacer.  Además el recién nacido  tiene mayor riesgo de enfermarse y morir durante el primer año de vida, lo que se incrementa a más del doble cuando la madre tiene menos de 15 años.


En Chile han disminuido los embarazos adolescentes. Según informa el último reporte del Programa de Salud Integral del Adolescente del Ministerio de Salud (Minsal), el  2012 la tasa de natalidad en mujeres entre los 15 y 19 años era de 50,32 cada mil, mientras que el 2013 fue de 46,3.

Según plantea el Dr. Jorge Sandoval, ginecólogo del Hospital Clínico Universidad de Chile, “lo más importante para prevenir el embarazo adolescente es entregar una educación sexual que contemple los riesgos asociados al inicio precoz de la actividad sexual y la prevención de las infecciones de transmisión sexual”. Y agrega, “dentro de este contexto se incluye el conocimiento de todos los métodos anticonceptivos disponibles, haciendo énfasis en el uso de condón”.

-¿Cuándo es recomendable llevar por primera vez a una adolescente al ginecólogo?

Es recomendable que la primera consulta ginecológica de una adolescente sea durante el transcurso de la pubertad y sobre todo en relación a su primera menstruación. Este primer control está orientado a conocer los procesos que se producen en esta etapa de la vida y a detectar potenciales problemas.

- ¿A qué edad se recomienda que comiencen a utilizar los primeros métodos anticonceptivos?

Desde el punto de vista médico no hay contraindicación para el uso de métodos anticonceptivos. Estos se debieran comenzar a usar en relación al inicio de la actividad sexual.

- ¿Qué métodos anticonceptivos existen?

Existen muchos métodos seguros. Los más frecuentes son los anticonceptivos orales. También se pueden encontrar inyectables, parches cutáneos, anillo vaginal, implantes subdérmicos y dispositivos intrauterinos.

Cada mujer debe recibir una consejería adecuada para que elija el mejor método que se adecúe a ella. En general, por sus características, es preferible que las adolescentes usen métodos que dependan lo menos posible de su voluntad para así evitar fracasos por el uso inadecuado.

El especialista explica que los mayores riesgos asociados al uso de anticonceptivos hormonales están relacionados con el aumento de problemas de coagulación. Sin embargo, aclara que estos peligros son menores en las adolescentes, ya que suelen ser mucho más sanas. “Cualquier potencial riesgo siempre va a ser infinitamente menor que el de un embarazo no deseado”, enfatiza.