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Dra. Dabanch, "Es posible enfermarse de nuevo, pero no sabemos cuán frecuente será o las características que tendrán estas segundas infecciones".

Hace una semana se conocieron casos de pacientes que tras contagiarse de coronavirus contrajeron por segunda vez la enfermedad. La situación encendió la alerta en el mundo científico y generó debate sobre la respuesta de inmunidad y por cuánto tiempo ésta se extendería.

El martes 25 de agosto científicos de la Universidad de Hong Kong reportaron el caso de un hombre de 33 años que luego de casi cinco meses volvió a dar positivo por SARS-CoV-2 en el examen de PCR. Su reinfección se detectó después de que regresara de un viaje a España. A este caso se suma otro reportado en Holanda con un adulto mayor que también se contagió por segunda vez.

Ambos casos generaron preocupación entre los especialistas ante las dudas respecto a la inmunidad que se puede generar tras contagiarse de SARS-CoV-2. Según la Dra. Jeannette Dabanch, no es posible determinar si un nuevo contagio será frecuente entre los pacientes o si se presentará de manera leve en quienes se contagien nuevamente. “Queda mucho tiempo y trabajo todavía para conocer el virus”, precisa y reitera que como se trata de una pandemia en desarrollo y de la que no existe literatura previa, lo más importante es mantener las medidas sanitarias, tales como el uso de mascarilla, lavado frecuente de manos, uso de alcohol gel y distanciamiento físico.

¿Es posible contraer dos veces el coronavirus?
Este es un virus emergente. Por lo tanto, todavía no podemos determinar si efectivamente la reinfección va a ser un evento frecuente o no y qué va a pasar con las reinfecciones, si éstas van a ser más leves o van a tener alguna otra característica o si efectivamente la reinfección -pasado un tiempo prolongado- podría ser una infección severa como las iniciales. Por lo tanto, queda mucho tiempo todavía por conocer el virus.

¿Qué opina del caso reportado por la Universidad de Hong Kong?
Los investigadores caracterizaron que efectivamente este paciente, un hombre joven que se había infectado en marzo, vuelve a infectarse después de estar completamente recuperado. Lo interesante es que nuevamente recuperan el virus y no sólo lo recuperan, sino que lo cultivan y lo caracterizan. Y lo que logran es determinar que éste es un virus diferente a la primera infección con algunas características. Es posible enfermarse de nuevo, pero no sabemos cuán frecuente será o las características que tendremos en estas segundas infecciones.

Pero, ¿se trataría de dos cepas del mismo virus?
No son dos cepas. Son pequeños cambios del virus que se generan en su material genético. Es como un pariente; uno tiene parientes cercanos y lejanos. Por decirlo de alguna forma, es como mi tataratatarabuelo en la misma línea genética. O sea, son parientes, pero no son iguales.

¿No es que el virus haya mutado?
El virus cada vez que se multiplica tiene pequeños cambios. Hay virus que tienen más posibilidades de tener modificaciones mayores. Por ejemplo, cuando un virus de la influenza se reordena completamente, aparece un virus completamente nuevo, tiene la capacidad de reordenamiento. En términos de coronavirus, a pesar de que se maquillan un poco diferente, no tienen esa condición de cambiar severamente, de mutar para ser uno nuevo. Los virus se multiplican, tienen ciclos replicativos en un ser humano muchísimas veces y cada vez que se multiplican tienen pequeños cambios que no significan una mutación mayor que le dé mayores virulencias o que sea un virus diferente.

Una persona se podría reinfectar, pero ¿hay certeza de si será leve o no?
No sabemos qué va a pasar un año después de que una persona se infecta. Eso es lo que se tiene que seguir investigando. Por eso es tan importante notificar las enfermedades y los cambios que se van produciendo, para poder enfrentar estas respuestas e incógnitas que tenemos todavía.

¿Por qué hay enfermedades, como el sarampión, que permiten desarrollar inmunidad y otras no?
En el caso del sarampión, su único reservorio es el ser humano. Por lo tanto, no hay reservorio animal; no tenemos la posibilidad de que tenga alguna recombinación o algún cambio. En cambio, el SARS-CoV-2 tiene un gran reservorio animal. De hecho, emerge desde los murciélagos con un salto de especie hacia el ser humano. Es bien cercano en parentela al SARS del 2002; tiene un 76% de concordancia en su material genético; sin embargo, tiene casi un 96% de concordancia con el coronavirus que afecta a los animales. Por lo tanto, podría también haber un rol de la multiplicación del virus en los animales. Algo que también se investiga, y que está bajo la lupa de los investigadores, es qué está pasando con este virus en su reservorio animal.

En este escenario, ¿cuál es el llamado que se puede entregar a las personas que ya tuvieron coronavirus?
Hasta acá todas las organizaciones internacionales, nacionales y autoridades sanitarias han sido unánimes en recomendar que se deben mantener permanentemente las medidas de prevención. Evitar exponerse al virus, usar mascarilla, mantener distanciamiento físico, evitar lugares con aglomeración de personas, mantener frecuente higiene de manos, tanto para los que tuvieron la enfermedad como para quienes no.

No sabemos qué pasará, lo estamos conociendo (coronavirus), por lo tanto, las medidas se deben mantener permanentemente. Y cuando tengamos una vacuna, que ojalá la tengamos, probablemente las medidas igual van a tener que continuar por un periodo prolongado hasta que la investigación, la ciencia, nos dé una respuesta. Y tal como apareció este virus, pueden emerger otros. Por lo tanto, la lección aprendida es que el ser humano en el planeta está acompañado de múltiples compañeros invisibles que nos pueden hacer cambiar nuestra historia de forma muy dramática y abrupta.