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Disfunción sexual en pandemia

Conversamos sobre disfunciones sexuales masculinas con el Dr. José Ignacio Vinay para saber además cómo éstas se han visto incrementadas por el confinamiento en pandemia. Dr. Vinay es urólogo andrólogo de nuestro Hospital Clínico. 

¿Disfunción eréctil o disfunción sexual?
Existen tres grandes disfunciones sexuales masculinas. Si bien hay otras, las tres más importantes son la disfunción eréctil; los trastornos de la eyaculación, donde la más frecuente es la eyaculación precoz; y la disminución del deseo sexual (libido).  La disfunción sexual más frecuente en la consulta es la disfunción eréctil, que es  la incapacidad para presentar y mantener una erección con una rigidez suficiente para tener una actividad sexual satisfactoria. Cuando un hombre tiene episodios de problemas de erección que persisten en el tiempo, hablamos de una disfunción érectil.

En general, la disfunción eréctil se puede clasificar en disfunción eréctil psicógena, orgánica y mixta, esta última es la más común: 

La disfunción eréctil psicógena se presenta sólo por causas psicológicas, por ansiedad, por trastornos del ánimo, entre otras, como es en el caso de hombres jóvenes que no tienen ninguna enfermedad importante.  

La disfunción eréctil orgánica se refiere a cuando existe un problema físico, como en la llegada de sangre o de las señales nerviosas al pene. Esto puede verse, por ejemplo, en pacientes con hipertensión, enfermedad coronaria, obesidad, diabetes u operados de cirugía pélvica.

La disfunción eréctil mixta se observa cuando se tiene algo de componente psicógeno y orgánico.

¿Cuándo consultar?
Es importante saber cuándo hacerlo, ya que se debe consultar cuando el problema no es esporádico, sino que es persistente y ya comienza a alterar la calidad de vida del paciente. 

¿El encierro y las cuarentenas ayudan a no tener deseo sexual? 
Estas tres enfermedades o desórdenes han aumentado en gran medida en el confinamiento ¿Por qué? Porque las cuarentenas y todos los problemas asociados a no poder salir de casa, han aumentado la frecuencia de problemas de salud mental. Ha aumentado la ansiedad, la depresión, los trastornos del ánimo y todos estos trastornos afectan la vida sexual. No es extraño que pacientes en cuarentena vivan un aumento en sus problemas o hayan comenzado a presentar disfunción eréctil o la disminución del deseo sexual.

¿Se pueden solucionar las disfunciones sexuales?
En la disfunción eréctil la piedra angular del tratamiento, sea psicógena, orgánica o mixta, es el uso de fármacos orales, que se llaman inhibidores de la fosfodiesterasa 5, de los que existen diversos tipos que actúan diferentes unos de otros. Estos hacen que haya un mayor aporte de sangre en el pene. Son muy seguros y tienen muy pocas contraindicaciones. Se utilizan siempre como primera herramienta. Si no funcionan,  obviamente hay que ir escalando en el tratamiento. Si el andrólogo diagnostica que el problema psicógeno es el más importante en la causa de la disfunción eréctil, obviamente habrá que acompañar el tratamiento con apoyo profesional en salud mental, ya sea psiquiatra o psicólogo. 

Frente a la baja del deseo sexual masculino, hay que diferenciar si es secundario a causas psicógenas, lo que es muy frecuente. Por ejemplo, los pacientes con depresión presentan baja del deseo sexual. De hecho ésta puede ser uno de los criterios de diagnóstico. Hay que diferenciarla de las otras causas de bajo deseo, como el hipogonadismo, es decir, una disminución en la producción de testosterona. Por eso es necesario hacer algunos exámenes de sangre y un examen físico completo cuando el paciente consulta y hay que ver si sólo se requieren profesionales de la salud mental o si hay que suplementar esta hormona sexual masculina. 

En referencia a los problemas de eyaculación, sobre todo en la eyaculación precoz, el tratamiento dependerá del tipo de eyaculación precoz, ya que hemos podido distinguir distintos tipos:

Eyaculación precoz de toda la vida: son pacientes que siempre han presentado el problema. A ellos hay que tratarlos preferentemente con fármacos, si bien se puede asociar psicoterapia. Estos fármacos elevan la producción de un neurotransmisor llamado serotonina. 

Eyaculación precoz secundaria o adquirida: casi siempre estamos frente a un problema de salud mental, por lo tanto, tenemos que tratar la ansiedad o los trastornos del ánimo asociados. 

Con el tratamiento farmacológico se pueden ver resultados muy rápidos, como es en el caso de la disfunción eréctil: que después de la primera vez que se utiliza un fármaco, ya se pueden ver respuestas satisfactorias. El tratamiento psicológico puede demorar algunos meses o incluso años, ya que debe poder resolver todos los problemas que puedan estar provocando la disfunción sexual. 

¿Los problemas eyaculatorios podrían verse aumentados en pandemia?
Cuando se reinicia la actividad sexual luego de estar mucho tiempo aislado, empiezan a emerger miedos. Existe el miedo, por ejemplo, de contraer una enfermedad al tener sexo luego del confinamiento. Se ha visto eso en los pacientes que están consultando y obviamente hay que llevar a cabo una buena educación sexual. Hay que explicar a los pacientes sobre los riesgos de la actividad sexual, cuáles son las actividades más riesgosas y las menos riesgosas, y siempre recomendar el uso de preservativo.