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Vasectomía: una buena alternativa

Hay una tendencia mundial por aumentar la vasectomía y disminuir la esterilización o ligadura tubaria en las mujeres.

Alberto tiene 35 años, y está casado hace 8 años con dos hijos. “Con mi pareja decidimos realizar el procedimiento de la vasectomía porque primero considerábamos que 2 hijos era el número ideal para nuestro proyecto de familia. Mi esposa llevaba varios años tomando anticonceptivos orales con varias molestias. Averiguamos y hemos conocido de varios casos de complicaciones con el uso de ellos, como trombosis y cáncer. Nos informamos con un urólogo, quien nos explicó que la vasectomía era un procedimiento simple y seguro. Por eso optamos porque me realiza el procedimiento”. Este es uno de los tantos testimonios que agrupan a más de un 20% de los hombres en Chile que deciden someterse a una esterilización quirúrgica masculina o vasectomía.

La vasectomía es un procedimiento que ha aumentado mundialmente, debido a que es un procedimiento seguro y de menor costo que la esterilización femenina, la que ha disminuido proporcionalmente. Es más frecuente en países desarrollados. Por ejemplo, en Estados Unidos es el método preferido por el 12% de parejas en edad reproductiva y es una de las cirugías urológicas más frecuentes.

Como explica el urólogo del Hospital Clínico Universidad de Chile, Dr. Cristián Palma “consiste en cortar los conductos deferentes en forma permanente para evitar que los espermatozoides pasen desde los testículos (donde se producen) hacia la vía seminal. Los conductos deferentes conducen a los espermatozoides desde los testículos hasta los conductos eyaculadores, en donde se juntan con las secreciones de las vesículas seminales. Posteriormente en la uretra prostática se juntan con el fluido prostático, conformando el semen, que finalmente es expulsado hacia el exterior a través de la uretra en la eyaculación".

El procedimiento se realiza a través de una pequeña incisión a nivel del escroto. Es un procedimiento ambulatorio que dura menos de 30 minutos y que puede ser realizado con anestesia local. La vasectomía es un procedimiento más simple, menos invasivo y con menos complicaciones y riesgos que la esterilización quirúrgica femenina”, comenta el especialista.

La vasectomía debe ser considerada como un método anticonceptivo “permanente”. Aunque, si el hombre desea recuperar su fertilidad, puede someterse a una microcirugía reconstructiva para recanalizar los conductos deferentes. Aunque esta cirugía es compleja, de alto costo y con efectividades que varían de un 30-80%, en cuanto a recuperar la capacidad reproductiva.

Por esta razón es muy importante que el hombre sea informado y orientado en forma adecuada sobre el método de control de natalidad que se ajusta a sus necesidades y que entregue su consentimiento informado antes de realizarse la vasectomía.

En Chile existe la Resolución N º 2.326 del 2000 del Ministerio de Salud sobre esterilización quirúrgica voluntaria, la cual permite a todos los hombres practicarse la vasectomía, independiente de su edad, número de hijos/as, condición económica o cualquier otra condición.

¿Es efectiva la vasectomía?

El Dr. Cristián Palma explica que “La vasectomía es muy efectiva. Su efectividad durante el primer año es superior al 99,8% y los fracasos con embarazos reportados generalmente ocurren durante los tres primeros meses posteriores al procedimiento, debido a que esta operación no produce su efecto en forma inmediata. Los espermatozoides que se producen en los testículos tienen una viabilidad de 71 días y queda una gran cantidad de espermatozoides en la vía seminal más allá del punto de corte del conducto deferente. Estos espermios van a ir siendo eliminados en las eyaculaciones sucesivas después a la operación. Por lo tanto, siempre se sugiere realizar un espermiograma de control a los 2-3 meses de realizado el procedimiento o después de 20 eyaculaciones.

Por esta razón el hombre o la mujer deben usar un método anticonceptivo complementario (anticonceptivo oral, condón, etc.) hasta que se realice un examen de espermiograma que muestre que no hay espermatozoides en el semen.

Cualquier hombre podría hacérsela, aunque lo habitual es que se la realizan hombres casados, con 2 o más hijos y mayores de 40 años. Pero sin duda se analiza cada caso en forma particular. Cada vez más consultan pacientes entre 30 y 40 años con uno o dos hijos que desean realzar el procedimiento.

Como la operación involucra uno de los puntos más sensibles, íntimos y delicados dentro del cuerpo masculino, ha llevado a que existan distintos mitos que han contribuido a que muchos hombres tengan temor o inseguridad y no se difunda su práctica. Principalmente se cree que podría afectar el rendimiento y funcionamiento sexual, que disminuye el goce sexual, que afecta la erección o que dificulta la consecución del orgasmo. Todo esto es falso, sin fundamento científico, señala el Dr. Palma. Lo único que cambia es que el semen eyaculado no contiene espermatozoides, que representa el 5-10% del volumen total del semen.

La cirugía tiene mínimas complicaciones, principalmente asociadas a dolor testicular y de la zona operatoria, sangrado o infecciones de la herida. Éstas son de fácil manejo y recuperación, sin riesgos para el paciente. La única posibilidad de fallo es que los conductos al cicatrizar se vuelvan a unir, permitiendo de nuevo el paso de los espermatozoides a través de ellos, lo cual es muy infrecuente (menos del 0,1%).