Cuando se detecten signos que sugieran una alteración de la conducta, emociones o racionamiento lógico, se debe acudir a un médico psiquiatra, quien a través de numerosas herramientas diagnósticas indagará en el funcionamiento orgánico y cerebral del paciente. Una vez detectado el problema, el especialista definirá el tratamiento psicoterapéutico y farmacológico que mejorará las alteraciones fisiológicas y químicas del cerebro.
Los psiquiatras están preparados para abordar diversos cuadros anímicos o afectivos, tales como el trastorno depresivo mayor (neurosis depresiva), trastornos de ansiedad, trastorno bipolar, distimia, psicosis (como la esquizofrenia), trastornos por déficit de atención e hiperactividad, entre otros.
Por otro lado, se encuentran las adicciones, caracterizadas por el desarrollo de dependencia y abuso de determinadas sustancias, ya sean alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, entre otros alucinógenos o psicoestimulantes, que desencadenan una conducta compulsiva llena de riesgos para la integridad física y psicológica de la persona y de su entorno.