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Musicoterapia: los aportes de la música para la salud de las personas

La música forma parte de nuestras vidas, la usamos para estudiar, trabajar, divertirnos y hasta para despedir a un ser querido. Así también nos la automedicamos cuando estamos tristes, alegres o necesitamos relajarnos ¿Por qué es tan importante? ¿Cómo nos afecta? ¿Podríamos vivir sin música? ¿Se pueden lograr efectivos terapéuticos a través de ella?

Para responder a estas y otras interrogantes, el pasado 13 y 14 de julio El Departamento de Neurología y Neurocirugía y la Unidad de Medicina Integrativa del Hospital Clínico Universidad de Chile realizaron el primer Curso de Musicoterapia en Medicina, orientado tanto a profesionales del área de la salud, médicos, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales; como también de otras áreas, como profesores y músicos. En estas jornadas se abordaron temas como: definición e historia de la musicoterapia, basada en la evidencia; musicoterapia en Medicina y metodologías modernas de la musicoterapia científica. 

Según nos explica la Dra. Cecilia Plaza Bobadilla, médico familiar y Jefa de la Unidad de Medicina Integrativa, quien además organiza este curso, “el objetivo es mostrar las aplicaciones clínicas de la musicoterapia, especialmente enfocado a neurología. Plasma el recorrido en investigación que se ha desarrollado sobre la musicoterapia para el beneficio de distintas condiciones clínicas y para la prevención. Asimismo, es el inicio de un trabajo conjunto entre la Unidad de Geriatría, el Departamento de Neurología, la Unidad de Medicina Integrativa y la Facultad de Arte, ya que estamos organizando una red de trabajo, que nos permita desarrollar la músicoterapia dentro del Hospital Clínico Universidad de Chile con una perspectiva asistencial, docente, de extensión  e investigación”.

Para la Dra. Violeta Díaz, Neuróloga del Hospital Clínico Universidad de Chile y también organizadora del curso,  “el uso de la música para fines terapéuticos está comprobado, ya que es un factor modificador de conductas, es útil para prevenir algunas patologías, facilita la rehabilitación, entre otros beneficios. La musicoterapia se puede aplicar en cualquier ámbito de la salud, por ejemplo: en neonatología los niños prematuros empiezan a amamantarse antes con música; sirve de estímulo para los enfermos que están conectados a ventilación mecánica, se ha comprobado también su eficacia en terapias de demencia, Parkinson, rehabilitación  de accidente cerebrovascular, epilepsia, depresión, autismo y prevención de delirios en pacientes geriátricos. Nosotros pretendemos incorporar la músicoterapia, basada en la evidencia como terapia habitual dentro del Hospital”.

Estas jornadas contaron también con la valiosa docencia de la destacada, Sra. Patricia Zárate, quien se formó en Estados Unidos y comentó al respecto, “este curso es altamente diverso hay músicos, personas de todas partes del país y de distintas especialidades del área de la salud. De eso se trata la musicoterapia, es transdisciplinaria y así podemos discutir cómo se debe afrontar la musicoterapia a nivel social, ya que la música nos afecta positiva o negativamente y tenemos que educarnos continuamente sobre esta afección”.

Mireya González, Coordinadora del Departamento de Musicoterapia de Coaniquem, quien participó de este curso, comentó, “para nosotros es muy estimulante que venga una profesional internacional a hablarnos de musicoterapia y a actualizarnos sobre las prácticas que se dan a nivel mundial. En Coaniquem tenemos un área de musicoterapia hace 11 años y siempre estamos tratando de optimizar lo que hacemos, trabajamos en un ámbito interdisciplinario, en rehabilitación física y emocional de los niños que sufren quemaduras”. Y agrega, “la música usada y estructurada para un fin terapéutico motiva a los niños a seguir viniendo a sus terapias, es un medio de expresión no verbal que les permite procesar su trauma y también puede mejorar su inserción social y la comunicación con su familia”.

La música afecta directamente nuestros sentidos y emociones, tiene el poder de alegrarnos, ponernos tristes, irritarnos o relajarnos. Activa nuestro cerebro de manera positiva o negativa. De ahí la importancia de especializarse en su aplicación terapéutica al servicio del bienestar de los enfermos.