A qué nos exponemos? La calefacción puede generar alarmantes índices de contaminación intra-domiciliaria, ya que al encender una estufa se quema gas, carbón, parafina o leña, combustibles que producen monóxido de carbono (CO), un gas altamente tóxico para la salud. Cuando hay una fuga o una elevada concentración de CO en un lugar sin ventilación podría provocar la muerte y las víctimas ni siquiera lo percibirían.  

• El CO se combina con la hemoglobina de la sangre, impidiendo el transporte de oxígeno, lo que puede dañar algunos órganos, producir o empeorar enfermedades crónicas y causar intoxicación.

• Se debe elegir una calefacción adecuada, no sólo pensando en criterios de ahorro y eficiencia, sino tomando en cuenta los peligros para la salud.

• Está prohibida la calefacción a carbón y las antiguas estufas a parafina, ya que estas producen una serie de tóxicos que pueden provocar daños agudos y crónicos en la salud, especialmente respiratoria.

• El ranking de uso en calefacción es: estufa eléctrica, porque no produce contaminantes; estufa a gas, ojalá sea catalítico y en tercer lugar y bastante alejado, las nuevas estufas a parafina.

• Dejar de lado la calefacción a leña porque si bien no contamina dentro de la casa, es uno de los principales contaminantes del ambiente.

• Mantener un buen sistema de ventilación. Recomiendo ventilar de 3 a 5 minutos cada 3 horas y dejar una ventana abierta en algún lugar de la casa para producir recambio de aire.

• Pensar en que estar al lado de la calefacción es lo mejor no es correcto porque uno tiene que desplazarse por toda la casa. Ojalá que dentro de la casa sea un ambiente temperado uniforme, ya que los cambios de temperatura pueden afectar a pacientes con patologías respiratorias crónicas.

• Preocuparse que los aparatos de calefacción estén en buen estado y chequearlos todos los años.