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Manejo de apetito y saciedad en cuarentena

Durante la pandemia no es el mejor momento para realizar restricciones o para querer cambiar de la noche a la mañana todos sus hábitos de alimentación. Ya existe un estado basal de estrés y no es necesario someter a su cuerpo y mente a una preocupación adicional; sin embargo, sí es una buena instancia para mejorar poco a poco su estilo de vida y alimentación.

Existe una herramienta llamada HEVA que resulta muy eficaz para poder regular su apetito y saciedad sobre todo en estos tiempos difíciles y de cuarentena. 

La Dra. Paola Amador Castro nos explica en qué consiste. Se le ha llamado HEVA a esta herramienta por las primeras letras de Hambre, Emoción, Velocidad, Atención, refieriéndose a éstos como factores que debemos observar al momento de comer.

La fisiatra nos invita a poner atención a las siguientes recomendaciones:

¿Cómo puede medir el hambre?
Simplemente lleve su sensación de hambre a una escala que vaya del 1 al 10, siendo 1 la sensación de hambre extrema (siente que si no come algo pronto se va a desmayar) y siendo 10 la sensación de estar muy saciado (necesita soltar el botón de su pantalón o camisa porque se siente muy satisfecho). Hay que escuchar las señales que envía su cuerpo. No debe llegar al nivel de hambre 1 o 2 y tampoco debe finalizar de comer cuando esté en un nivel 9 o 10. Debe aprender a comer en niveles intermedios. Comenzar en el nivel 3 o 4 y terminar de comer en nivel 7 u 8.

El rol de las emociones
Una persona siente apetito cuando está mucho tiempo en ayuno. Esta es la denominada “hambre fisiológica”, ya que después de cierto tiempo el estómago libera la hormona del hambre llamada grelina. Los niveles de grelina se elevan en la sangre y esta señal es captada por el cerebro quien nos impulsa a comer. Es bueno que aprenda a diferenciar el “hambre fisiológica” del “hambre emocional”. ¿Cuándo hablamos de “hambre emocional”? Cuando la persona busca una recompensa a través del consumo de alimentos, por ejemplo, la persona come para sentir felicidad, alegría, o come cuando se siente triste, ofuscado, con rabia, etc. Estas motivaciones para comer no son malas, pero hay que aprender a regularlas y a no dejarse guiar solamente por ellas al momento de comer o que predominen en su forma habitual de alimentarse. 

Debe aprender a regular la velocidad con la que come
No se apresure al comer. Debido a que el estómago tarda en dar la señal de saciedad aproximadamente luego de 20 minutos de haber ingerido el alimentor. Si usted come en un tiempo menor, no le va a dar el tiempo necesario a su cerebro para que dé la señal de saciedad y así parar de comer, evitando el exceso. Hay que dar pequeños bocados, masticar muy bien la comida y tomarse un tiempo para comer no menor a 20 minutos.
Sugerencias que pueden servir para esto son comer con la mano no dominante, dejar el cubierto en la mesa o en el plato entre bocados y poner atención a lo que está comiendo sin distractores. 

Ponga atención a sus alimentos
Este último punto se refiere a la atención que usted le tiene que prestar a los alimentos que consume. Suele ocurrir que la persona al momento de comer está pensando en cualquier cosa menos en lo que está comiendo, por ejemplo, “tengo que tender la ropa que está en la lavadora”, “tengo que sacar a pasear al perro”, etc. De esta forma no se da cuenta hasta que se ha comido todo sin prestar atención. La idea es que esto no pase y que su foco esté 100% centrado en lo que consume, es decir, en alcanzar una alimentación consciente: estar consciente del sabor, de las texturas, de los olores. Así mismo debe evitar comer con distractores, como la televisión o el celular.