logo HCUCH
HCUCH

Depresión, una enfermedad silenciosa

Cada 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión; una fecha que tiene como objetivo sensibilizar y concientizar a la sociedad sobre esta patología que se estima que afecta a un 3,8% de la población mundial.

Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno que padecen aproximadamente 280 millones de personas en el mundo, con sintomatologías, que van desde la falta de ánimo, desmotivación, irritabilidad, anhedonia, trastornos del sueño, hasta la alteración del apetito, falta de aire, entre otros.

El Dr. Luis Risco, psiquiatra y experto en trastornos del ánimo, señala que la depresión constituye un cuadro clínico causado por la perturbación neuroquímica del cerebro, derivado de problemas en neurotransmisores, neuronas y el metabolismo cerebral.

Este enfoque integral destaca la complejidad de esta enfermedad y subraya la importancia de abordar tanto los aspectos psicológicos como los neurológicos, con el fin de acceder a un correcto tratamiento.

Aunque se puede confundir, la depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo. Los episodios depresivos abarcan la mayor parte del día y tienen que ver con un problema químico del cerebro. El Dr. Risco explica algunas de diferencias notables en términos clínicos:

Patrón de sueño: las personas con bajo estado de ánimo psicológico suelen tener dificultades para quedarse dormidas, debido a la ansiedad que se genera por la noche. Por su parte, las personas con depresión biológica o endógena tienen problemas al cumplir su ciclo del sueño y despiertan abruptamente en la noche con angustia. “Hay una correlación entre cuánto tiempo antes del despertador se despierta una persona y el puntaje de depresión. Alguien que se despierta dos horas antes del despertador está más enfermo que alguien que se despierta media hora o una hora antes”, detalla el especialista.

Apetito: en la depresión a menudo se manifiesta lo que se denomina un cuadro clínico de una perturbación neuroquímica. Este síndrome provoca una ingesta nocturna caracterizada por un aumento del apetito con un perfil de ansiedad específico hacia los carbohidratos, llegando a consumirlos hasta seis veces más.

Ritmicidad de los síntomas: en los bajones de ánimo psicológico, los síntomas como la tristeza, rabia o angustia pueden manifestarse en cualquier momento y desaparecer de manera impredecible. En cambio, en la depresión, existe un patrón establecido.

Tipos de depresión

Existen depresiones bipolares que están intercaladas con momentos de alza de ánimo, manía o hipomanía; depresiones unipolares que se caracterizan por un estado de ánimo generalizado; depresiones orgánicas, producidas por enfermedades físicas, así como también depresiones postparto que se producen por cambios hormonales y sociales.

Independientemente del tipo que se padezca, vivir sin diagnóstico ni tratamiento puede desencadenar una serie de complicaciones graves que van desde incapacidad de realizar tareas cotidianas, hasta el surgimiento de pensamientos suicidas. Frente a ello, el Dr. Risco mencionó: “La depresión presenta una tasa de mortalidad del 15%, cifra impactante que supera a enfermedades como la hipertensión y la diabetes. En segundo lugar, afecta negativamente la calidad de vida, limitando la capacidad para emprender y mantener relaciones significativas. Además, genera un enorme gasto en lo que se denomina 'días de incapacidad', que son aquellos en los que las personas no pueden trabajar o lo hacen de manera deficiente debido a la enfermedad”.

En nuestro país, el trastorno depresivo forma parte de las Garantías Explícitas en Salud (GES).  Las depresiones leves y moderadas se pueden tratar en la Atención Primaria, mientras que personas con depresiones graves, se derivan a nivel secundario o especialista.

Siempre tengan presente que la depresión es algo que puede afectar a cualquiera. Si notan los síntomas que mencionamos, ya sean prodrómicos o iniciales de algún episodio, estén atentos. Observen a sus familiares, aquellos que han perdido la risa y el gusto por existir. Pueden notarse en detalles pequeños, como la falta de interés en socializar o la pérdida de impulso en el estudio o trabajo. Si detectan estos signos, siéntense con ellos y pregúnteles cómo se sienten, cuánta vitalidad tienen y si notan una disminución en su bienestar general, es recomendable llevarlos a un médico general. Si el especialista no puede resolver el problema con sus recursos, es aconsejable derivar a un psiquiatra. En muchos casos, esto resultará en una mejora significativa”. detalló el Dr. Risco.