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Obstrucción intestinal: ¿En qué consiste y cuáles son sus síntomas y tratamientos?

El Dr. Owen Korn, jefe del equipo de cirugía digestivo esófago-gástrica, explicó en qué consiste esta afección: “Si consideramos al intestino delgado y el grueso (colon) como un tubo de varios metros de largo, ante cualquier bloqueo al flujo o tránsito de sus contenidos (aire, líquido y sólidos), estaremos en presencia de una obstrucción intestinal”.

Continúa en su explicación: “Una obstrucción intestinal es una complicación aguda que requiere evaluación y manejo de urgencia. En algunas condiciones, la obstrucción se revierte espontáneamente y el cuadro agudo cesa. La evaluación del equipo profesional determinará si el cuadro efectivamente está resuelto o aún persiste el problema en algún grado. En términos generales, las obstrucciones secundarias a bridas, hernias, tumores y otras son de resolución quirúrgica”, aseguró el Dr. Korn.

Causas

En el adulto, las causas más frecuentes son: las adherencias o bridas fibrosas intraabdominales (postoperatorias), las hernias de la pared abdominal (incisionales, inguinales, femorales, umbilicales), los tumores (malignos y benignos), las torsiones intestinales o vólvulos, las obstrucciones por cuerpos extraños, enfermedades inflamatorias y otras causas. De todas las anteriores, la única prevenible es la oportuna cirugía reparadora de las hernias abdominales.

Síntomas asociados

Los síntomas de la obstrucción intestinal suelen incluir dolor abdominal de tipo cólico, acompañado de distensión abdominal (hinchazón), vómitos y pérdida del apetito. El dolor tiende a venir en oleadas y finalmente se vuelve continuo. Los vómitos son habituales en las obstrucciones del intestino delgado, pero son menos frecuentes y empiezan más tarde en las obstrucciones del intestino grueso. La obstrucción completa provoca falta de eliminación de deposiciones y de gases por ano y a veces las obstrucciones parciales pueden presentar diarrea. Si se llega a la falta de suministro de sangre a un segmento intestinal (infarto o estrangulación) el dolor se vuelve intenso y constante. La fiebre es infrecuente, pero puede aparecer cuando hay necrosis de la pared intestinal y perforación de la misma con una peritonitis consecuente.

El diagnóstico

El médico recoge la historia y luego examina al paciente, centrándose en el abdomen, buscando un abdomen abombado, la presencia de cicatrices o hernias, sensibilidad a la palpación y ruidos o signos característicos en la auscultación. El estudio diagnóstico considera obtener imágenes del abdomen, como radiografías o tomografías computadas. Las imágenes pueden mostrar las asas intestinales dilatadas típicas de la obstrucción y eventualmente sugerir el sitio de obstrucción, la causa y el compromiso de la irrigación sanguínea del segmento intestinal comprometido, además de otros hallazgos o signos, que ayudan al equipo tratante en la toma de decisiones.

Tratamiento

Ante la sospecha diagnóstica de que un paciente cursa con una obstrucción intestinal, se indica su hospitalización. Por lo general, se introduce una sonda larga y fina a través de la nariz hasta alcanzar el estómago (sonda nasogástrica) a fin de aspirar el contenido, gas o líquidos, lo que alivia al paciente y permite evaluar las características del aspirado. Se administran por vía intravenosa líquidos y electrolitos con el fin de reponer las pérdidas por los vómitos o por la retención de estos elementos, en las asas intestinales dilatadas proximales al sitio de obstrucción.

A veces, la obstrucción intestinal, puede resolverse espontáneamente con el manejo antes señalado y otras medidas, sin embargo, el equipo quirúrgico debe estar alerta por si las condiciones no mejoran en un plazo razonable o bien la situación progresa y el paciente se compromete (reaparece o intensifica el dolor, mayor distensión o se alteran los exámenes), en tal caso la exploración quirúrgica, por vía abierta o laparoscópica, es lo indicado, a fin de evitar que el intestino sufra de isquemia (infarto o estrangulación) y se perfore agravando la situación.

En el caso particular de las torsiones o vólvulos de colon, éstos pueden ser tratados por especialistas entrenados, mediante procedimientos endoscópicos (rectoscopia o colonoscopias) a través del ano, permitiendo salvar la urgencia y dar tiempo para un estudio y eventual tratamiento definitivo.

Aspectos quirúrgicos a considerar

La causa de la obstrucción, el aspecto y vitalidad del intestino comprometido determinan, si el cirujano puede aliviar la obstrucción sin requerir extirpar el segmento intestinal. A veces basta cortar la adherencia fibrosa para liberar el segmento atrapado del intestino, y la operación concluye. En otros casos habrá que reducir el intestino herniado para luego reparar el defecto herniario de la pared abdominal. En caso de tumores y otras causas o condiciones del intestino las soluciones pueden ser más complejas llegando a veces a la necesidad de exteriorizar el intestino a través de la pared abdominal (ileostomía, colostomía) en forma transitoria y a veces definitiva, para asegurar el tránsito de las deposiciones.

El Dr. Korn advierte sobre el riesgo de tener este padecimiento: “Cualquiera puede sufrir una o más veces de una obstrucción intestinal, la edad avanzada es un factor que favorece a varias de las causas señaladas, tienen más riesgo los pacientes operados (especialmente por cirugía abierta), los que tienen una hernia abdominal que no han resuelto, algunas condiciones anatómicas como una excesiva longitud del colon y deben agregarse algunos casos de pacientes sometidos a bypass gástrico”, cerró el jefe del equipo de cirugía digestivo esófago-gástrica.