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¿Navegaste en bote y aún sientes que se mueve el piso y tus alrededores? Podrías sufrir el mal de desembarque

El síndrome de mal de desembarque es un cuadro clínico de mareo y oscilaciones corporales persistentes, descrito siglos atrás cuando los marineros llegaban a tierra después de navegar. Actualmente, se sabe que este cuadro clínico ocurre también al bajarse de cualquier medio de transporte, ya sea marítimo, aéreo o terrestre. Cuando tiene una duración de tres o más días, se denomina mal de desembarque persistente y se asocia a cefalea, mayores niveles de ansiedad y síntomas depresivos.

El Prof. Dr. Paul Délano, otorrinolaringólogo y director académico de nuestro Hospital, explicó: “Es importante diferenciar el mal de desembarque del mareo que ocurre frecuentemente durante el viaje en barco. El mareo de desembarque es la sensación que ocurre en tierra después del viaje. Esta sensación se cree que se produce por la estimulación permanente de tipo oscilatoria que sucede en el viaje y que provocaría una alteración entre el sistema vestibular (oído) y el cerebelo. La mayoría de las veces, el mal de desembarque es autolimitado y dura menos de 48 horas”.

Desencadenantes del mal de desembarque

• Navegar en bote

• Viajar en avión

• Viajes terrestres prolongados en auto o en tren

En cuanto a las variables que podrían aumentar la posibilidad de padecer este síndrome, el Prof. Dr. Délano indicó: “Existe asociación familiar en la susceptibilidad al mareo inducido por movimiento y también se ha visto que es más frecuente en pacientes con migraña. Por otro lado, algunos factores de riesgo son viajes con mucho movimiento en embarcaciones pequeñas”.

¿Cómo se diagnostica?

No existe una prueba específica para determinar el diagnóstico del mal de desembarque, por lo que debe existir una alta sospecha, basada en una buena anamnesis. Sin embargo, hay exámenes que se solicitan para descartar condiciones similares que cursan con crisis de vértigo o mareos, como la enfermedad de Ménière, neuritis vestibular, o migrañas vestibulares entre otras patologías otoneurológicas. Algunos exámenes, disponibles en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, de utilidad para descartar otras patologías son:

• Audiometría

• vHIT (prueba de impulso cefálico)

• Náuseas y vómitos

• Análisis de sangre

• Pruebas de equilibrio

• Resonancia magnética cerebral

La mayoría de las veces, el mal de desembarque desaparece por sí solo. Se recomienda consultar cuando los síntomas son severos o persisten por más de 48 horas. El manejo del paciente con mal de desembarque incluye el diagnóstico diferencial, la consejería y apoyo psicológico para disminuir la ansiedad, rehabilitación vestibular y apoyo farmacológico entre otras opciones.

La terapia de rehabilitación vestibular puede ayudar a controlar los problemas de equilibrio provocados por la condición. Las terapias específicas pueden incluir reentrenamiento del equilibrio y control de los movimientos oculares. Por otra parte, se han descrito terapias experimentales con estimulación cerebral que aún se encuentran en pleno desarrollo.

El tiempo de recuperación depende de diversos factores. La mayoría de las personas se recuperan dentro de los primeros 2 días, algunas durante una semana o dos y otras raramente podrían llegar a tener síntomas hasta un año o incluso más tiempo. La recomendación principal es evitar permanentemente el desencadenante que produjo los síntomas y consultar a un médico especialista en mareos y vértigo, como un otorrinolaringólogo o un neurólogo.

Por: Matías Bustos

Edición general: Fernanda Farfán

Diseño web: Inti Maldonado