"Esto permite una detección mucho más temprana del cáncer prostático, así como de lesiones más pequeñas, lo que reduce la necesidad de realizar biopsias tradicionales, pues esta máquina tiene la capacidad de llevar a cabo biopsias y detectar lesiones simultáneamente. Además, permite visualizar el tipo de lesión sospechosa y tomar muestras en diversas áreas”, explicó el jefe del Servicio de Urología, Dr. Tomás Olmedo.

Nuestra institución es el tercer centro clínico y el primer hospital universitario del país en adquirir esta tecnología, lo que conlleva beneficios tanto en el área académica como asistencial. “Desde el punto de vista académico, estamos introduciendo una tecnología innovadora, lo que nos posiciona como líderes en la formación, no solo a nivel nacional, sino también en toda Latinoamérica. En cuanto al aspecto asistencial, esta tecnología ofrece beneficios significativos. Muchos hospitales carecen de acceso a esta maquinaria, lo que dificulta la realización de biopsias precisas en pacientes que, por ejemplo, no pueden someterse a resonancias magnéticas. El micro-ultrasonido se convierte así en una alternativa valiosa en tales casos y se complementa con la demanda de PET-CT, que es el mejor método de etapificación del cáncer de próstata”, detalló el Dr. Olmedo.

El Ministerio de Salud estima que en Chile existen aproximadamente 25.000 pacientes al año con cáncer de próstata en cualquiera de sus etapas. De ellos, aproximadamente 2.000 mueren al año, lo que convierte a esta enfermedad en la segunda causa de muerte masculina por cáncer en el país. “Una de las principales causas, es el diagnóstico tardío, ya que se calcula que alrededor del 30% o 40% de los pacientes en nuestro país llegan con metástasis a las consultas. Con esta tecnología, se podrán realizar detecciones precoces de cáncer de próstata y disminuir estas cifras".

Este procedimiento, que emite ondas de sonido que penetran en la próstata y rebotan de vuelta, se puede realizar de forma transperineal o transrectal. El primero se realiza con sedación y ha demostrado tener menos riesgos de infección, sin embargo, tiene una mayor duración. Por su parte el método transrectal requiere anestesia local y sedación mínima, siendo una modalidad más corta y de fácil manejo para la mayoría de urólogos.