La pérdida de la función de la mano repercute de manera relevante en nuestras vidas, requiriendo de un especial cuidado y tratamiento, el que debe ser guiado por un equipo especialista compuesto por kinesiólogos y terapeutas ocupacionales.

La mano es la extensión de nuestro cerebro. A través de ella nos expresamos y relacionamos con el medio externo. Nos permite realizar nuestras actividades de la vida diaria, nuestras actividades laborales y recreacionales.

Por lo tanto, la pérdida de la función de la mano y la extremidad superior tras una lesión, repercute de manera relevante en nuestras vidas, requiriendo de un especial cuidado y tratamiento, el que debe ser guiado por un equipo especialista compuesto por kinesiólogos y terapeutas ocupacionales.

Los kinesiólogos, especialistas del movimiento, asisten a los pacientes durante todo el proceso de rehabilitación con el fin de mejorar las disfunciones, aliviar el dolor, y conseguir una temprana y óptima recuperación funcional.

Por otro lado, el terapeuta ocupacional es el profesional calificado para el entrenamiento de funciones de la mano, manejo de cicatrices, reeducación sensorial y confección de órtesis (dispositivos que se aplican para estabilizar, inmovilizar, prevenir o corregir deformidades, proteger contra lesiones y asistir una función).

En conjunto estos profesionales buscan recuperar la funcionalidad de su extremidad y permitir la reintegración a todas sus actividades en forma precoz.