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Thiago Herick, representante de la OMS: “Envejecer no es lo mismo que envejecer bien”

Según esta organización para el 2050, la población mayor de 60 años alcanzará un 22% del mundo. Por su parte, a nivel nacional, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) alertó que, para 2050, este grupo etario llegue al 32,1% de las y los chilenos. 

Decimos mucho que estamos manejando bien el envejecimiento como sociedad al añadirle años a la vida, pero no necesariamente vida a los años. Ese es nuestro desafío”, dice Thiago Herick, quien fue invitado a la Novena Escuela Internacional de Verano sobre Envejecimiento, encuentro organizado por la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento, coordinado por la Unidad de Redes de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Casa de Bello y cuyo lema fue "Pasado, presente y futuro: miradas en la investigación sobre vejez y envejecimiento”. La instancia reunió a personas mayores, investigadores, profesionales del Hospital Clínico, representantes de organismos internacionales y autoridades ministeriales para abordar de manera integral y transdisciplinar las implicancias del proceso de envejecimiento y la vejez, tratando temas como la vida en comunidad de las personas mayores y el deterioro biológico.

En la instancia expusieron académicos y académicas de las distintas facultades de la Casa de Bello, entre ellos Cecilia Albalá del Instituto de Nutrición y Tecnología en Alimentos, Constanza Briceño de la Facultad de Medicina, Christian González de la Facultad de Ciencias,  Gerardo Fasce del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, así como también Marie Geraldine Herrmann de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Fabian Duarte de la Facultad de Economía y Negocios, y Marcos Cornejo e Iris Espinoza de la Facultad de Odontología.  

Thiago Herick, radicado en Ginebra, Suiza y especialista en la creación de entornos amigables para las personas mayores, participó como expositor y representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el encuentro. El investigador brasileño es licenciado en Ciencias del Deporte y doctor en Salud Pública. Comenzó su carrera como preparador físico, trabajando con personas mayores en hospitales y hogares en Brasil. Se unió a la OMS en 2017 para apoyar el trabajo en torno al urbanismo, el transporte y la salud. Hoy es responsable técnico del Área de Entornos Amigables con las Personas Mayores de la entidad. En esta entrevista con Prensa U. de Chile, analiza diferentes aspectos de la construcción de entornos amigables para las personas mayores. 

¿Cómo está el panorama mundial en torno al tema del envejecimiento y la calidad de vida?
Bueno, enfrentamos tendencias globales muy importantes. La primera es que la población envejece muy rápidamente, sobre todo en países de bajos y medianos ingresos. La velocidad del envejecimiento poblacional en muchos países es algo inimaginable. Mientras que los países más desarrollados ya tienen una población de más edad, hay otros que en 10 o 20 años cambiarán completamente el perfil demográfico de su población. Eso es una realidad global. 

Al mismo tiempo, sabemos que envejecer no es lo mismo que envejecer bien. Decimos mucho que lo estamos manejando bien como sociedad al añadir años a la vida, pero no necesariamente vida a los años. Ese es nuestro desafío. Y claro que añadir vida a los años tiene mucho que ver con los entornos en que vivimos. Y los entornos ahí significan no solo el entorno físico, el hogar, el barrio, sino también el entorno social. Es decir, la manera cómo uno comprende a la persona mayor, pero también las políticas públicas, los servicios de salud, sociales, de educación, la manera cómo los empleadores tratan a los empleados de más edad, entre otros. Eso determina mucho la calidad de vida. 

En ese sentido, los entornos están cambiando también muy rápidamente en el mundo por un conjunto de tendencias globales, como la globalización, el cambio climático, la crisis ambiental, la pandemia, etc. Existe un conjunto de aspectos que van mucho más allá del individuo, que al final determinan la calidad de vida de cada uno de nosotros, incluso y principalmente, de las personas mayores.

¿Y en Latinoamérica?
En lo que toca a la urbanización es algo muy particular, porque es la región más urbanizada del mundo. Este proceso de urbanización de los años 60' y 70' fue rápido y muchas veces sin ninguna planificación, como hoy observamos en África o Asia. Entonces, es una región que ahora vive el desafío de romper con ese desarrollo, de mejorar el espacio bajo las consecuencias de un proceso de urbanización que no fue ideado.

Claro, no se pensó para las personas mayores cuando se ideó en un principio.
Pues no se pensó para nadie. Fue un proceso tan rápido, en el cual la prioridad no era necesariamente la calidad de vida de la gente. Ahora tenemos un proceso de transformación del entorno como consecuencia de eso y, bueno, de una manera también es una oportunidad, es un espacio de innovación y es una buena ocasión para que la región pueda aportar a los que ahora pasan por un proceso similar.

Y para eso se necesita una variedad de especialistas pensando juntos...
Absolutamente. Y por eso felicito mucho el abordaje transdisciplinar de la Red, porque al final ahí hay dos cosas: la primera es que la construcción y el mantenimiento de un entorno amigable con las personas mayores no es algo que se hace solo, no es solo salud o solo transportes, es transdisciplinar por naturaleza. Y el segundo, que es muy importante también, entender que no es un proceso único, que no es algo que se hace una vez y ya, es un proceso continuo y permanente, pues los entornos no son estáticos, las cosas cambian y la gente también. Las personas mayores que vivieron en los años 70' no son las mismas que las personas mayores de hoy. Hay una heterogeneidad increíble. Y eso influencia la manera como uno organiza y construye el entorno. 

¿Cuáles son los grandes desafíos? 
Una parte muy importante de la construcción de los entornos amigables con las personas mayores es que la sociedad misma trabaje para construirla. No es algo que hacemos para las personas mayores, lo hacemos con ellas. Y eso se ve muy claro en el marco teórico de la OMS y en el trabajo que se hace bajo la Red, la importancia de tener a las personas mayores, sus familias y la comunidad como un todo en el centro del proceso. Ese es el primer desafío: garantizar que la construcción de entornos amigables con las personas mayores partan de ellas mismas, que estén presentes en todo el proceso. Y, muchas veces, que el liderazgo mismo sea de ellas. 

Hay otros retos globales que se deben tratar desde la perspectiva de construcción de entornos amigables con las personas mayores, como el cambio climático, la transformación digital del mundo, o el proceso de urbanización, que todavía sigue en muchas naciones o que se acabó de una manera pobre en muchas otras.

¿Y cómo envejecerá nuestra generación? ¿Alcanzaremos a ver estos cambios? 
Bueno, el futuro se construye hoy. Es interesante porque quizás esta sea una de las pocas áreas en que uno trabaja en beneficio propio también. Si tenemos suerte, al final tendremos entornos amigables para las personas mayores no solo de esta generación, sino que será mejor la vejez de nuestras hijas e hijos y sus descendientes. 

Una sociedad solo existe si hay espacios, oportunidades, actividades de interacción y de construcción colectiva entre las distintas generaciones. Entonces, también una parte muy importante de construir comunidad es garantizar que este diálogo y este trabajo conjunto existan.

Que vivamos en comunidad, finalmente.
Sí, ya sea una pequeña comunidad de cincuenta personas en el extremo sur de Chile o una gran metrópoli. Al final, son comunidades que se organizan de manera particular, porque son maneras de organizar una vida en común.