Resulta habitual, como detalla el Dr. Antonello Penna, que durante la anestesia se pierda la capacidad de respirar de forma normal y se generen cambios en la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Pese a que los riesgos de la anestesia actualmente son extremadamente bajos, no se está exento de ellos. De ahí la relevancia de que el paciente se reúna antes con el anestesiólogo para revisar la condición médica, tratamientos, alergias, entre otras.

En el Departamento de Anestesiología y Medicina Perioperatoria del Hospital Clínico Universidad de Chile, el grupo compuesto por los Dres. Rodrigo Gutiérrez, José Ignacio Egaña y Antonello Penna ha realizado diversos estudios que han permitido saber cómo entregar la dosis adecuada de anestesia durante una cirugía.

En el artículo publicado este año en el Journal of Neurosurgical Anesthesiology, estos autores determinaron que mediante el uso de monitores que registran la actividad eléctrica cerebral y que son utilizados de manera cotidiana en una cirugía, se puede dosificar de manera personalizada la anestesia general. De este modo, se puede evitar dar una dosis insuficiente, lo que ocurre muy rara vez, o, una dosis en exceso, lo que puede ocurrir cuando un paciente tiene muchas enfermedades asociadas. Los resultados de este estudio se pueden trasladar a la práctica clínica cotidiana, indicándole a los anestesiólogos qué señales se debe observar en la actividad eléctrica cerebral para determinar, si se debe realizar un ajuste de la dosis del anestésico. De modo que, si hay una dosis excesiva, se puede ir disminuyendo la cantidad de anestésico entregada y observar en el monitor cómo cambia la actividad eléctrica para de este modo ir personalizando la dosificación a cada uno de los pacientes. Esto es muy relevante, porque obviamente entre diferentes personas los requerimientos de dosis son diferentes. Pero como previamente no se utilizaban estos monitores y no se contaba con estudios como el realizado por este grupo de anestesiólogos de nuestro hospital, a los pacientes se les daba una dosis estándar para todos, la que habitualmente era excesiva para muchos pacientes.

Este mismo grupo de autores publicó otro artículo en la revista Anesthesia & Analgesia el año 2021, en el que observaron que los pacientes con un deterioro cognitivo leve requieren una dosis menor de anestesia general para lograr el mismo estado de inconsciencia que es necesario para la cirugía, en comparación a pacientes con una cognición normal.

"Estas observaciones son muy relevantes porque dar una dosis de anestésicos generales en exceso, especialmente en los adultos mayores, se ha asociado a desarrollo de estados confusionales agudos tras una cirugía, lo que se denomina delirium postoperatorio", señala el Dr. Penna. 

Acerca de este tema, igualmente estos investigadores habían reportado el año 2019 en el Frontiers in Systems Neuroscience que mantener un estado eléctrico cerebral que indica una dosis excesiva, se asocia al desarrollo de estados de delirium. A partir de este estudio, el Dr. Egaña junto a los otros anestesiólogos y a un equipo de investigadores del Centro de Investigación Científica Avanzada (CICA) de nuestro hospital llevó a cabo un proyecto FONDEF (ID19I10345), en el que se desarrolló un software propietario denominado PEUMA que permite predecir qué paciente va a desarrollar delirium a través del análisis de las señales eléctricas cerebrales.

En suma, todos estas investigaciones en su conjunto nos señalan que es muy relevante dar la dosis adecuada de anestésicos generales a cada uno de nuestros pacientes. Para ello, actualmente contamos con monitores que analizan la actividad eléctrica cerebral, los que son fundamentales para que los anestesiólogos logren personalizar la dosis y de este modo evitar complicaciones como el desarrollo de estados confusionales agudos tras la cirugía.