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Especialistas de la Clínica Psiquiátrica Universitaria publican artículo sobre consumo de sustancias en adolescentes antes y durante la pandemia Covid-19

En el trabajo, publicado por la revista Prevention Science, el psiquiatra Adrian Mundt junto a su equipo evalúa los cambios del consumo adolescente de alcohol y cannabis en el marco del modelo islandés de prevención.

En 2018 un equipo de especialistas de la Clínica Psiquiátrica Universitaria inició la implementación del modelo Planet Youth o Modelo Islandés sobre prevención de consumo de sustancias en adolescentes de la Región Metropolitana. Este modelo de prevención primaria universal ha dado muy buenos resultados en Islandia y tiene el objetivo de crear un ambiente social enriquecido para el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. El Dr. Adrian Mundt, psiquiatra y autor principal de la publicación, señala: “Para lograr el objetivo, el modelo propone trabajar a nivel comunal con equipos municipales y de los colegios, la implementación de actividades de ocio supervisadas, mayor tiempo con los padres y la creación de un claro discurso de rechazo al consumo de sustancias en adolescentes”.

El año 2018 se comenzó a trabajar estrechamente con los equipos de prevención de las municipalidades de seis comunas de la Región Metropolitana (Renca, Melipilla, Colina, Peñalolén, Las Condes y Lo Barnechea) para implementar el modelo. En el año 2020 las medidas introducidas para contener la pandemia Covid-19 cambiaron la vida de las personas y también llevaron a un cambio en el entorno social de los adolescentes.

Nos grafica el Dr. Mundt que la estrategia de prevención Planet Youth cuenta con una evaluación del consumo adolescente, mediante una encuesta que se aplica cada dos años a todos los alumnos de Segundo Medio en las comunas que se comprometieron a participar. En ella se miden la prevalencia de consumo, factores de riesgo y protectores en la población adolescente, entre otros. Esta encuesta permite a los municipios y escuelas trabajar en la prevención con datos de prevalencia de su propia comunidad. El fruto de estas evaluaciones corresponde a los datos que han publicado en la revista Prevention Science.

El estudio tuvo por objetivo evaluar los cambios en la prevalencia del consumo adolescente de alcohol y cannabis entre el 2018, es decir, antes de la pandemia de Covid-19, y el 2020 con la pandemia en curso, así como discutir el impacto de ésta en los resultados del consumo. Cerca de 7.500 estudiantes en 2018 y de 5.500 en 2020 fueron encuestados, provenientes de las 125 escuelas de los seis municipios.

Para entender cuáles de los factores de riesgo pueden haberse relacionado a la mejoría de la prevalencia de consumo, el equipo evaluó interacciones de las variables con el tiempo (2018 y 2020) y encontraron interacciones significativas para el consumo de alcohol en pares y síntomas ansiosos y depresivos.

¿Cuáles son los hallazgos que obtuvieron?
Nos relata el Dr. Mundt que transcurrido el año 2020 se constató que las medidas introducidas para contener la pandemia Covid-19 también llevaron a un cambio del entorno social de los adolescentes. Y puntualiza: “La prevalencia acumulada de consumo de alcohol bajó de 80% a 70% y la de cannabis, de 28 a 19%. El consumo de alcohol en el último mes bajó de 46% a 33%”. Le consultamos sobre de qué forma el aislamiento en casa puede haber incidido en este cambio y nos señala que se relacionó con la baja presencia observada de algunos de los factores de riesgo que favorecen el consumo adolescente, como “el haber estado fuera de la casa después de las 22:00 horas, el consumo de alcohol y de cannabis en pares, la embriaguez en pares en el último mes. De esta forma pudimos relacionar la baja observada con el menor consumo de sustancias en amigos, factor muy importante en nuestro país”. 

Sin embargo —nos advierte el Dr. Mundt—, otros factores de riesgo empeoraron, como los síntomas ansiosos y depresivos, es decir, la pandemia puede haber afectado la salud mental de los adolescentes, ya que se ha estudiado que causó un aumento sustancial en la prevalencia global, en la carga de la depresión mayor y en los trastornos de ansiedad”.

Menciona a su vez el deterioro de algunos factores protectores, entendidos como aquéllos que reducen la probabilidad de emitir conductas de riesgo: “Observamos que bajó el rechazo parental hacia el consumo de alcohol, por ejemplo, así como el monitoreo parental, la calidad de relación padre-hijo y el conocimiento de quiénes son los amigos y quiénes son los padres de los amigos. Por otro lado, factores de riesgo abordados por la intervención preventiva no cambiaron sustancialmente todavía”.

Le preguntamos sobre cómo debiera continuar esta línea investigativa y nos indica: “La investigación futura tiene que mostrar, si las reducciones observadas en este estudio sobre el consumo de sustancias por parte de los adolescentes fueron sostenibles en el tiempo después de la reapertura de todas las actividades escolares y después del regreso de las interacciones normales con los compañeros entre los adolescentes”. 

Forman parte del equipo que trabaja en esta línea investigativa especialistas del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Clínico: los psiquiatras Nicolás Libuy, Viviana Guajardo, Enzo Rojas y Carlos Ibáñez, quien es el jefe de la Unidad de Adicciones; las psicólogas del equipo de Adicciones, Ana María Araneda y Lorena Contreras; y Paula Donoso, pediatra especialista en Adolescencia. 

Consulte el artículo en extenso aquí