Psoriasis: una enfermedad más allá de la piel
La psoriasis, es una enfermedad inmunológica de la piel que afecta entre el 1% y 3% de la población. Se caracteriza por una erupción cutánea que provoca enrojecimientos, escamas y picazón, afectando principalmente codos, rodillas, sacro y cuero cabelludo.
Según menciona el Dr. Fernando Valenzuela, dermatólogo de nuestro Hospital Clínico y presidente de la Sociedad Latinoamericana de psoriasis (SOLAPSO) esta afección crónica puede presentarse en cualquier momento de la vida, con brotes que pueden extenderse desde semanas hasta meses y que pueden variar de intensidad: "Existe un mayor riesgo de presentar esta enfermedad por primera vez entre los 20 y los 35 años, que es el rango de edad donde se encuentran principalmente las personas que tienen una carga genética de psoriasis. Por otro lado, está la psoriasis que se manifiesta alrededor de los 50 años. Esta suele ser más fácil de tratar y tiene menos compromiso de artritis psoriásica. Hay una estimación que alrededor del 1% de la población en Chile padecen psoriasis. Muchos de ellos, ni siquiera sospechan que tienen esta enfermedad pues a veces se malinterpretan como caspa, hongos en la uña, o en infantes, como dermatitis del pañal”.
Síntomas y factores de riesgo
El síntoma principal de la psoriasis es la picazón, pero también pueden manifestarse molestias, como ardor, dolor al rascarse y erosiones en la piel. Si bien esta enfermedad no es contagiosa, existe una predisposición genética en aquellos pacientes que tienen antecedentes familiares de psoriasis. Sin embargo, eso no significa que necesariamente desarrollará la afección, pues debe existir un desencadenante ambiental.
Frente a ello, el Dr. Valenzuela señaló: “En general un riesgo importante padecer psoriasis es estar en un medio ambiente proinflamatorio. La comida poco sana, la falta de ejercicio, la obesidad y el estrés psicológico hacen que nuestro cuerpo esté más inflamado, lo que va a hacer que estos genes se expresen más fácilmente y no solamente en psoriasis, sino que en muchas otras enfermedades de piel”.
Psoriasis vulgar: es la forma clínica de psoriasis más frecuente, entre un 70% y 80% de los pacientes la padecen. Este cuadro se caracteriza por la presencia de placas rojas, en codos, rodillas o cuero cabelludo, que se escaman y pican en exceso.
Psoriasis en gotas: se presenta como gotas de menos de un centímetro que están distribuidas en el tronco y extremidades proximales. No suelen comprometer cara y cuello, y en los adolescentes y en adultos jóvenes este tipo puede estar vinculada a una infección de la garganta.
Psoriasis inversa: a diferencia de la psoriasis vulgar se presenta en zonas de pliegues, como axilas, zona inguinal y perianal. Es una psoriasis sin escamas, sin tanta picazón y con un rojo más pálido.
Psoriasis eritrodérmica: cuadro clínico que se presenta cuando el compromiso de la enfermedad sobrepasa el 70% de la superficie corporal. Es una psoriasis extensa, infrecuente y grave que en algunas ocasiones puede terminar con la hospitalización.
“Existen otros tipos como la psoriasis de uña, que muchas veces se puede confundir con hongos. Está también la psoriasis pustular que asemeja a un anillo rodeado de espinillas y que puede llegar a ser muy grave, hay psoriasis del cuero cabelludo, entre otras. Lo importante es entender que existen diversos tipos y que cada uno tiene un tratamiento diferente”, aseguró el Dr. Valenzuela.
La psoriasis puede afectar severamente la autoestima de las personas, especialmente cuando se presenta en zonas visibles del cuerpo. Sin embargo, más allá del aspecto médico y anímico, estudios han demostrado que esta enfermedad genera importantes efectos psicológicos a nivel cerebral. En esa arista, el dermatólogo explica: “Lo que hace el sistema inmunológico en la placa de psoriasis es liberar a la sangre muchos factores inflamatorios, y la terapéutica nos ha ayudado a bloquearlos, pero resulta que estos factores son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica y llegar al cerebro”.
Y agrega: "Se han realizado estudios de imágenes en pacientes sanos y con psoriasis, que revelan diferencias en su funcionamiento cerebral. Esto nos permite comprender que, en general, las personas con psoriasis tienden a experimentar niveles más altos de depresión y ansiedad, lo que dificulta su adaptación a la terapia y, en muchos casos, conduce al abandono del tratamiento. A menudo, los pacientes relatan largos períodos de sufrimiento silencioso, donde la psoriasis ha afectado negativamente su calidad de vida, dificultando la realización de actividades cotidianas como dormir, trabajar o establecer relaciones personales. Estos problemas se suelen presentar a menudo, especialmente en etapas críticas como la infancia y la adolescencia, donde se puede desencadenar incluso ideación suicida. Durante mucho tiempo, se atribuyó los efectos psicológicos a la incomodidad física y la estigmatización de la enfermedad, pero hoy entendemos que no es solo eso, sino que además hay un cambio químico y morfológico del cerebro”.
Mucho más allá de la piel
La psoriasis, más que una afección cutánea, representa un complejo desafío médico que puede influir en diversas partes del cuerpo. "La psoriasis justamente es una enfermedad que va mucho más allá de la piel y es uno de los conceptos más importantes que han cambiado el paradigma de los últimos 15 años. En los pacientes psoriásicos, toda la información que circula en la sangre también llega a los riñones, pulmones e hígado, por lo que los pacientes tienen mayor probabilidad de tener enfermedades como hipertensión, diabetes o complicaciones a algunas de las terapias, detonando incluso problemas hepáticos”, detalló el presidente de la SOLAPSO.
“En general los pacientes con psoriasis pueden tener complicaciones que hacen que vivan menos. De hecho, un psoriásico vive en promedio entre 2 y 4 años menos que un no psoriásico aunque tengan las mismas enfermedades base. Esto nos lleva un poco a entender la carga de enfermedad y la carga inflamatoria, qué significa tener psoriasis”.
Durante los últimos 10 años, los avances científicos en el tratamiento de la psoriasis han experimentado un notable progreso, ofreciendo a los pacientes la posibilidad de convivir con esta enfermedad inflamatoria sin que esto deteriore su calidad de vida. En ese sentido, uno de los principales avances es la terapia biológica, diseñada para neutralizar los procesos inflamatorios característicos de la psoriasis. Más recientemente, se han incorporado al arsenal terapéutico, unas pastillas conocidas como moléculas pequeñas, las cuales son capaces de bloquear factores cruciales en el inicio y desarrollo de esta enfermedad. Estas innovaciones, han propiciado una notable reducción de los síntomas en los pacientes, acompañada de una disminución en la incidencia de efectos adversos asociados a los tratamientos.
“Mi mensaje para los pacientes o los familiares de pacientes que tienen psoriasis, es que cada vez nos estamos acercando más a tener opciones de tratamiento que ayuden a que la psoriasis no afecte la calidad de vida de las personas. Aunque la patología efectivamente va a seguir siendo crónica, va a seguir siendo incurable, pero no va a significar la carga física ni emocional que ha tenido en el pasado. Ya tenemos varias opciones de tratamiento, que tenemos que escoger con el paciente, seguir su caso en el tiempo y encontrar la estrategia que más se adapte a su condición actual, pues siempre vamos a trabajar para que la psoriasis tenga mínima repercusión, exista un mínimo número de lesiones y que se genere el menor impacto posible", finalizó el Dr. Fernando Valenzuela.
Por: Rayen Sepúlveda
Comunicaciones Corporativas HCUCH