La fibromialgia es una afección crónica de alta frecuencia (un 4% de la población aproximadamente) más común en mujeres que en hombres. Causa dolor en todo el cuerpo, fatiga y otros síntomas. Las personas con fibromialgia pueden ser más sensibles al dolor que aquellas que no la tienen, esto se conoce como percepción anormal del dolor. Es una enfermedad multifactorial en general, tiene componentes físicos y cognitivos, lo que quiere decir que las personas tienen una constelación de síntomas que son bastante parecidos entre todos los pacientes.
¿Cuáles son algunas causas de la fibromialgia?
● Predisposición genética
● Eventos traumáticos, como accidentes de tránsito
● Enfermedades como infecciones virales
La Dra. Lilian Soto, reumatóloga de nuestro Hospital, indicó los principales síntomas de la fibromialgia: “Un síntoma muy característico es el dolor músculo esquelético. Los pacientes sienten como si estuvieran agripados o hubieran hecho ejercicio; se sienten rígidos al amanecer y sienten que están muy fatigados sin aliviarse con el descanso, empeorando durante el día, y a su vez tienen trastornos cognitivos, pérdida de concentración y fallas en la memoria a corto plazo, lo cual los hace muy poco eficientes en tareas ejecutivas. Por otra parte, en las tareas físicas tienen dificultades para terminar por el dolor y por el malestar de fatigabilidad”.
● Depresión y ansiedad
● Dolores de cabeza, incluyendo migrañas
● Síndrome del intestino irritable
● Adormecimiento u hormigueo en manos y pies
● Dolor en el rostro o mandíbula, incluyendo una afección conocida como trastorno de la articulación temporomandibular
● Problemas para dormir
La Dra. Soto explica por qué las mujeres tienen un mayor riesgo de tener fibromialgia: “Las mujeres tienen mayor riesgo estadístico por la formación que nos ha entregado la sociedad, al realizar una multiplicidad de actividades orientadas al bienestar de otros, mantener sobreviviendo un ser pequeño (en caso de tener hijos) y tenemos fluctuaciones importantes en las hormonas todos los meses, las que están relacionadas al dolor y al ánimo”.
La fibromialgia puede ser difícil de diagnosticar. En ocasiones, se necesita ver a varios profesionales de la salud para obtener un diagnóstico. Una causa de esto es que no existe una prueba específica para ella, y sus principales síntomas son comunes en muchas otras afecciones. Los profesionales de la salud deben descartar otras causas de los síntomas antes de hacer un diagnóstico de fibromialgia. A esto se le llama diagnóstico diferencial.
Para hacer un diagnóstico, el profesional de la salud puede utilizar:
● La historia clínica, incluyendo preguntas detalladas sobre los síntomas y examen físico
● Radiografías o análisis de sangre para descartar otras afecciones
● Guías para diagnosticar fibromialgia: Antecedentes de dolor general que dura más de 3 meses, síntomas físicos incluyendo fatiga, despertar cansado y problemas cognitivos (de la memoria o pensamiento) y el número de áreas corporales comprometidas por el dolor.
La fibromialgia se trata con una combinación de terapias, las que pueden incluir medicamentos, cambios de estilo de vida, terapia conversacional y tratamientos complementarios tales como:
● Analgésicos convencionales
● Dormir adecuadamente
● Aprender a manejar el estrés
● Consumir una dieta saludable
La Dra. Soto entregó recomendaciones: “Los pacientes que tienen dolor crónico tienen que consultar primero con un médico internista. Reumatología es una especialidad con muy pocos profesionales en Chile, por lo tanto, el paciente puede estar meses y años esperando la hora de aquella especialidad. Por otra parte, se debe tener claro que esta es una patología de origen complejo, por lo tanto, requiere soluciones complejas y en general no son solamente farmacológicas, los fármacos ayudan a aliviar la intensidad los síntomas, pero no resuelven el problema, porque está vinculado también a conductas y hábitos de los pacientes”.
Añadió: “Esta es una enfermedad en la que el tratamiento interdisciplinario debe ser efectuado sí o sí, y debe tener al menos tres pilares: La actividad física guiada por profesionales de la salud y terapeutas. Además, debe ser adecuada a cada paciente en relación a su historia personal, cardiovascular, entre otros parámetros. El otro pilar fundamental es la salud mental, la que incluye un buen dormir, un manejo apropiado de la ansiedad y de la depresión si el paciente está deprimido, un cambio de hábitos en donde se maneja la sobrecarga mental de los pacientes y la exigencia de multiplicidad de tareas; y finalmente, los fármacos en términos de terapia puente, es decir, otorgar un alivio y permitir neuromodular, o sea, cambiar este set del sistema nervioso hiperactivo”, cerró la especialista.
Por: Rayén Sepúlveda / Matías Bustos
Comunicaciones Corporativas HCUCH