Equipo multidisciplinario realiza exitosa cirugía y recuperación en paciente con grave hemorragia cerebral
Un paciente de 48 años llegó a nuestro Hospital enfrentando una situación crítica: hemorragia en el puente cerebral, una de las zonas más delicadas del tronco encefálico, responsable de funciones vitales como el movimiento ocular, la deglución y la movilidad y sensibilidad del cuerpo.
Esta hemorragia le provocó parálisis facial, dificultad para tragar y debilidad con trastornos sensitivos en el lado derecho del cuerpo. Ante este cuadro, se le realizó un estudio que detectó un sangrado secundario debido a una lesión vascular llamada cavernoma, un tipo de malformación arteriovenosa, la que, al romperse, provocó un sangrado que puso en riesgo su vida y recuperación.
Los cavernomas son poco frecuentes, pero no raros. Según el Dr. Luis Contreras, neurocirujano de nuestro Hospital Clínico, se estima que afectan entre un 0,5 y 1% de la población con sintomatología de déficit neurológicos, como dificultad para movilizar una extremidad, visión doble, parálisis facial o crisis convulsivas. Muchas veces se encuentran como hallazgos en estudios imagenológicos indicados por otros síntomas como cefalea (dolor de cabeza).
La incidencia de sangrado en un cavernoma es baja, pero cuando ya ha ocurrido un primer sangrado, el riesgo de uno segundo aumenta significativamente, razón por la que se recomienda la cirugía para evitar resangrados y daños permanentes.
Es así como el equipo de Neurocirugía, junto a especialistas de Neurología, Anestesia y personal clínico realizaron la cirugía con una técnica de resección de cavernoma con monitoreo intraoperatorio. Una intervención que duró 6 horas y requirió la coordinación de múltiples profesionales en pabellón
“La complejidad de esta cirugía no solo está en la técnica, sino en contar con un equipo multidisciplinario de alto nivel y toda la tecnología necesaria para monitorear en tiempo real las funciones motoras y sensitivas del paciente mientras se retira la lesión”, explicó el doctor Contreras, quien estuvo a cargo de la operación. Durante el procedimiento, se instalaron sensores en los músculos de la cara, lengua y extremidades del paciente, permitiendo al equipo detectar cualquier alteración al instante y actuar sin causar nuevos daños.
“Se colocan pequeñas agujas en distintas partes de la cara, el paladar, la lengua y en algunos músculos que están relacionados con la movilidad del cuerpo, incluyendo las extremidades. También se ubican sensores en el cráneo para evaluar cómo funciona la vía sensitiva. Esto permite estimular y observar cómo se transmite el estímulo a la función motora. De esta manera, cualquier alteración se detecta de inmediato y el neurólogo nos avisa al instante para alertarnos si surge algún problema”, detalló.
Gracias al trabajo conjunto, se logró extraer por completo el cavernoma y el hematoma que provocó, eliminando el riesgo de un nuevo sangrado que podría haber provocado un retroceso irreversible en su recuperación. Hoy, el paciente muestra una gran evolución: recuperó gran parte de su movilidad, mejoró la deglución y avanza con éxito en su rehabilitación.
“Este caso demuestra la complejidad de estas cirugías y cómo requieren un equipo verdaderamente multidisciplinario, tanto médico como no médico, para lograr los mejores resultados para nuestros pacientes. No sacamos nada con operar si no contamos con todos los implementos necesarios en el pabellón, con monitoreo quirúrgico adecuado, excelentes equipos de Anestesia y Neurología, después un buen equipo de fisiatras, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, kinesiólogos en la rehabilitación y cuidados de paciente crítico, así como con un equipo de Radiología que nos apoya con diagnóstico e imágenes avanzadas”, compartió.
“Más allá de la cirugía en sí, que es muy compleja y poco frecuente, debido a que la zona donde se trabaja no permite margen de error, este caso refleja la importancia del manejo integral en el Hospital”, finalizó.
Por: Comunicaciones Corporativas
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