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Alimentos para un corazón saludable

El Dr. Hugo Sanhueza señala que la población muestra bastante desconocimiento respecto a la dimensión del problema, por lo que entrega las claves para adoptar hábitos de vida saludable y una dieta equilibrada.

 

Los factores de riesgo cardiovascular están cada vez más presentes en las familias chilenas. Éste existe cuando hay condiciones individuales que favorecen el desarrollo de enfermedades coronarias (anginas e infartos) y los accidentes cerebrovasculares (derrames y trombosis).


La adopción de hábitos de vida saludable y una dieta equilibrada, en la que prime la calidad de los alimentos, son la mejor manera de enfrentar la obesidad, uno de los más importantes factores de riesgo cardiovascular.


“Alrededor del 30% de la población chilena presenta características de sobrepeso u obesidad, de ahí la imperiosa necesidad de modificar los hábitos de alimentación”, explica el Dr. Hugo Sanhueza, cardiólogo del Hospital Clínico Universidad de Chile.


Cuando se asocian colesterol alto y diabetes, el riesgo de hacer enfermedad coronaria es 4 ó 5 veces más que una persona sana. Si uno le suma el hábito del tabaco y la hipertensión, el riesgo puede ser incluso hasta 10 veces mayor que en un paciente común y corriente”, afirma el especialista.


El colesterol es una molécula orgánica que circula en la sangre y es ocupada para la formación de las membranas celulares, en especial las que tienen que ver con el sistema nervioso. En ese sentido, es una molécula esencial para la vida.


El problema, indica el Dr. Sanhueza, “es que tener el colesterol alto constituye un riesgo para la enfermedad coronaria de aquellos pacientes que tienen predisposición, ya sea genética o enfermedades asociadas al colesterol alto, como son los pacientes que sufren de diabetes, hipertensión, los que fuman y los que padecen de obesidad.  Su exceso en la sangre puede fomentar la aparición de verdaderos ‘tapones’ de grasa (placas ateroescleróticas) que provocan el estrechamiento de los vasos sanguíneos”, apunta.


Por ello resulta vital mantener una dieta saludable para el corazón. Esta se caracteriza por ser alta en fibras, con baja presencia de grasas y aceites de mala calidad, bajo nivel de sodio, rica en antioxidantes y baja en consumo de azúcar y bebidas alcohólicas.


Como indica la nutricionista del Hospital Clínico Universidad de Chile Elvira Yañez, “la fibra dietética permite una mejor digestión, reduce el colesterol sanguíneo, ayuda a controlar la diabetes -pues retarda la absorción de azúcar-, produce mayor saciedad y dificulta el desarrollo de ateroesclerosis”.


Se recomienda comer al menos 3 porciones diarias de verduras y 2 de frutas de distintos colores, consumir legumbres y cereales integrales (arroz, fideos, pan integral), a la vez que disminuir el consumo de cereales refinados.


También agrega que se debe reducir el consumo de grasas saturadas de origen animal y vegetal (carnes rojas, mantequillas, crema de leche, etc.) Por el contrario, las grasas no saturadas, como los ácidos grasos Omega, mejoran la elasticidad de las paredes arteriales y, por ende, la circulación arterial, entre otros beneficios. La sustancia Omega-3 se encuentra especialmente en pescados grasos, aceite de cánola y oliva y semillas de soja y lino.


También se recomienda atender el nivel de sodio en las comidas, reduciendo el consumo de la sal de mesa y evitando en lo posible comer alimentos procesados.


Para disminuir los riesgos de patologías cardiovasculares resulta importante además ingerir alimentos que contengan sustancias antioxidantes, tales como vitaminas y algunos componentes vegetales. Entre los antioxidantes se cuentan la vitamina E (aceite vegetal, frutos secos, germen de trigo), vitamina C (cítricos, tomate), betacaroteno (zanahoria), compuestos fenólicos presentes en vegetales (uva, té, verduras y frutas) y compuestos azufrados (verduras, cebollas, ajos).


Por último, se aconseja disminuir el azúcar de la alimentación y cambiarlo por edulcorantes, a la vez que eliminar el consumo de alcohol que, junto a los alimentos grasos, aumentan el nivel de colesterol.