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¿QUÉ SON LAS ADICCIONES?

El humano ha consumido drogas desde tiempos inmemoriales, principalmente provenientes del reino vegetal, para alterar su estado psíquico y anímico. En la actualidad, existen las drogas sintéticas, las cuales son elaboradas de forma artificial, ocasionando efectos similares a las naturales. Independiente de su origen, estos elementos pueden producir dependencia, donde el consumo se basa en el abuso.

Dentro del grupo de drogas legales o psicoactivas se encuentra el alcohol, benzodiacepinas, nicotina, entre otras. Por otro lado, la marihuana, heroína, cocaína, entre otras, han sido calificadas como ilegales.

Si bien en un comienzo son utilizadas para fines recreacionales, es frecuente que se pase al consumo abusivo y riesgoso, situación que termina en la dependencia, enfermedad biopsicosocial que compromete toda la integridad del individuo.

Entendemos la dependencia o adicción como una patología crónica e irreversible donde la interacción entre el individuo y determinada sustancia provoca cambios físicos y de comportamiento (como el impulso irreprimible por consumir la droga y el síndrome de privación, entre otras), desencadenando además efectos adversos en el ámbito social, familiar, académico, laboral, etc.

 

¿POR QUÉ SE PRODUCEN?

Para que una persona desarrolle la dependencia a drogas entran en juego variados factores, sean individuales (propios de la personalidad o genética), familiares y sociales. En ese sentido, la denominada adversidad psicosocial cumple un rol determinante en muchas personas, pues la pobreza, vulnerabilidad social, carencia de oportunidades, familias mal constituidas, violencia intrafamiliar, menor acceso a la educación y otras realidades podrían favorecer la aparición de adicciones a determinadas sustancias.

 

SÍNTOMAS

La persona cae en conductas obsesivas donde su energía, tiempo y atención giran en torno a la adicción. Entre los síntomas que se observan en la adicción podemos mencionar:

Desarrollo de tolerancia, lo cual implica que el individuo aumente progresivamente la cantidad de la droga para alcanzar el efecto deseado.
Aparición del síndrome de abstinencia (caracterizado por síntomas desagradables e intenso malestar al suspender la administración de la sustancia y que desaparecen cuando se vuelve al consumo).
Deseos y pensamientos persistentes de usar la droga, acompañados de esfuerzos inútiles para frenar o controlar la administración de ella.
El paciente destina gran cantidad de su tiempo para la obtención y consumo de la sustancia.
Conflictos familiares, sociales, laborales e incluso económicos, donde existe un deterioro y una reducción del tiempo destinado a las actividades pertenecientes a esos ámbitos.
Consumo de la droga pese a las consecuencias físicas y psíquicas que produce en el individuo.

 

TIPOS DE ADICCIONES

 

No todas las adicciones están definidas por una droga. Existen determinadas conductas que pueden tornarse adictivas, en las cuales el individuo no es capaz de controlar sus impulsos. A la pérdida de control se suma la merma de la calidad de vida al verse afectadas diferentes esferas:

Tal es el caso de la ludopatía, adicción patológica a los juegos, donde el individuo experimenta una gran dificultad para reprimir sus impulsos que lo lleven a este tipo de conductas. Esta realidad desencadena graves consecuencias en la vida personal y social del paciente.

La ciberadicción podría calificarse como una especie de "pariente" de la ludopatía, ya que se trata de una conducta adictiva relacionada con el juego patológico, donde existe un uso problemático de Internet. La persona no tiene la capacidad de frenar el uso prolongado y reiterativo de la red, generando un patrón adictivo que lo afecta en el área familiar, social, académica o laboral, es decir, en la vida off line.

Por otro lado, encontramos la adicción al sexo o desorden hipersexual, trastorno de la salud mental que los lleva a aumentar de manera patológica su actividad sexual, frente a situaciones adversas como el estrés o la depresión. El deseo sexual logra dominar todos los aspectos de la vida del individuo, desatando problemas familiares, sociales, laborales y económicos.

La compra compulsiva no sólo es consecuencia del consumismo, sino más bien de una adicción gatillada por problemas psicológicos, frustraciones e insatisfacciones profundas que buscan ser combatidas con la adquisición de nuevos objetos. Al igual que en otros trastornos, el patrón adictivo se refleja en la transitoria sensación de satisfacción provocada al comprar, seguida por la culpabilidad y remordimiento por los gastos realizados. Para acabar con esos sentimientos negativos, el afectado vuelve a comprar de manera compulsiva, lo cual termina por consolidar el círculo vicioso.

 

TRATAMIENTO

Es importante entender la adicción como una enfermedad crónica que merece igual consideración que otros tipos de patologías. El diagnóstico y el tratamiento son fundamentales para que el paciente recupere el autodominio, a través de la educación, la abstinencia y el control de los factores de riesgo.

No existe un tratamiento único para todas las personas, quienes requieren una rehabilitación integral que abarque los aspectos físicos, emocionales y psicológicos. Dicho de otra manera, debe existir en el tratamiento una combinación adecuada entre los fármacos y la psicoterapia que logre solucionar el problema médico, psicológico y social del afectado. De esta manera, el paciente no sólo recuperará su salud, sino también su autoestima, dignidad y calidad de vida.