logo HCUCH
HCUCH

Disfunción eréctil: cómo tratarla

Diversas causas pueden gatillar esta patología que es de alta prevalencia en hombres de más de 50 años.

El año 1998 marcó un antes y un después para pacientes que sufrían de disfunción eréctil, trastorno popularmente conocido como “impotencia sexual”. La aparición del sildenafil (Viagra®) en el mercado, el primer medicamento efectivo para el tratamiento de esta enfermedad, generó un cambio sustancial en el escenario terapéutico y cultural de la patología, definida como la incapacidad persistente de alcanzar o mantener una erección suficiente para un acto sexual.

Hoy, no sólo se habla con mayor propiedad y conocimiento sobre el tema, sino que se aborda de manera distinta. “Actualmente con el aumento en las expectativas y calidad de vida de los hombres mayores, hay una búsqueda activa e informada, tanto de hombres y mujeres en todas las edades, para mejorar y preservar la experiencia de satisfacción en la vida sexual de pareja. Esto ha generado un aumento progresivo en las consultas por esta enfermedad, para recibir consejo, orientación; ver alternativas de tratamiento, riesgos y ventajas de los distintos tratamientos; efectividad y resultados esperados", comenta el urólogo del Hospital Clínico Universidad de Chile, Dr. Cristián Acevedo.

Las causas de la disfunción eréctil son múltiples siendo las más frecuentes las de tipo vascular, asociadas a factores de riesgo como: tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes y colesterol alto.

Estos factores se asocian al daño crónico en los tejidos responsables de la erección, específicamente en arterias pequeñas y sinusoides cavernosos que irrigan al pene. Además, la disfunción eréctil puede tener otras causas como las de tipo psicógenas, es decir, por enfermedades psiquiátricas y por uso y abuso de medicamentos o drogas. Del mismo modo, aunque en un porcentaje menor, la disfunción eréctil puede estar asociada con enfermedades endocrinas (disminución de los niveles de testosterona), por traumas y enfermedades neurológicas.

En pacientes menores de 40 años, explica el Dr. Acevedo “las causas predominantes son las de tipo psiquiátrico; sin embargo, con el paso de los años, aumenta la incidencia de diabetes, enfermedad arterial oclusiva y otras enfermedades neurológicas, que hacen incrementar la frecuencia y severidad de esta enfermedad. A esto se suma que también se eleva el uso de medicamentos para enfermedades crónicas que pueden afectar la función eréctil”, afirma el especialista.

La disfunción eréctil puede ser el primer aviso de una cardiopatía coronaria y preceder a un infarto agudo al miocardio en aproximadamente cinco años, especialmente en pacientes mayores de 40 años. En ese sentido, es indicado derivar a todo paciente con disfunción mayor de 40 años al cardiólogo para una completa evaluación.

En cada paciente que consulta por disfunción eréctil hay que hacer una detallada historia sexual, evaluación de factores de riesgo, consignar medicamentos que pudieran interferir con la función sexual, historia de traumas y/o cirugías abdominales, pelvianas o perineales.

Existen cuestionarios estandarizados internacionalmente que permiten evaluar los distintos aspectos de la función sexual y son útiles para evaluar severidad y respuesta a tratamientos. Asimismo, en el examen físico comenta el Dr. Acevedo “hay que evaluar los caracteres sexuales secundarios y signos que pudieran sugerir hipoandrogenismo. Es importante el examen genital detallado para descartar malformaciones, fibrosis y curvaturas anormales en el pene. El tamaño y consistencia de los testículos debe ser también evaluada.

Respecto del tratamiento, éste tiene que ser integral. Debe incluir corrección y evaluación de eventos estresantes desencadenantes. Es muy importante la participación de la pareja en todo el proceso de diagnóstico y tratamiento. Actualmente, de primera línea en el tratamiento de casos leves y moderados, han mostrado excelentes resultados los inhibidores selectivos de la fosfodisterasa, que incluyen al sildenafil, vardenafil y tadalafil.

En caso de síntomas sugerentes de hipoandrogenismo y niveles bajos de testosterona, se puede administrar suplementación hormonal.

Como segunda línea de tratamiento, en casos severos o refractarios a terapias orales, se pueden administrar medicamentos intracavernosos (en el pene) que producen una erección.

Finalmente en casos severos y refractarios a todos los tratamientos, exista la posibilidad de instalar distintos tipos y mecanismos de prótesis de pene.