La maternidad tardía es una tendencia creciente en Chile; de hecho, la edad promedio en que las mujeres tienen a su primer hijo se concentra principalmente entre los 25 y 29 años (27,1%) y luego entre los 30 y 34 años (24,6%), según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas 2017.

Según comenta la Dra. Pamela Socías, ginecoobstetra del Hospital Clínico Universidad de Chile, “este fenómeno por una parte es maravilloso porque le permite a la mujer empoderarse y no sentir que debe responder a la presión social de tener hijos o que hay una edad correcta para embarazarse; sin embargo, hay que informarse sobre los riesgos”.

Se podría hablar de maternidad tardía a contar de los 35 años, aunque las principales patologías se concentran en las mayores de 40, ya que a medida que aumenta la edad, las mujeres comienzan a presentar problemas de fertilidad, alteraciones genéticas del embrión como la trisomía 21 conocido como síndrome de Down, mayores tasas de aborto, entre otros. También existe más riesgos de enfermedades que se pueden presentar en el transcurso del embarazo, como por ejemplo, preeclampsia, restricción en el crecimiento del feto,  diabetes gestacional, parto prematuro, entre otros.

La edad para vivir la maternidad es una decisión personal, pero es importante conocer los riesgos a los que se exponen las mujeres en embarazos a edades más tardías o también en edades muy tempranas y así tomar una decisión informada.

Para disminuir los riesgos de un embarazo tardío, la especialista recomienda, “realizar una consulta preconcepcional para prepararse para el embarazo, la cual permitirá controlar el peso, llevar una adecuada alimentación, comenzar con el uso de ácido fólico antes del embarazo, suspender el tabaquismo en las mujeres que fuman, hacer ejercicio, controlar las patologías crónicas de aquellos pacientes que las padecen; todo para llegar a las mejores condiciones al embarazo. Y es muy importante que durante el embarazo mantengan controles regulares con su especialista”.