A partir de los 35 años la mujer comienza una transición hormonal llamada climaterio, la que causa trastornos físicos y psíquicos que desembocarán, cerca de los 50, en la menopausia, un largo período que afecta la salud y calidad de vida de más de 2 millones de mujeres en Chile.

La palabra menopausia se refiere a una fecha en concreto: la última vez que la mujer tuvo su menstruación. El climaterio, en cambio, se relaciona con los cambios que experimenta la mujer antes, durante y después de la menopausia.

En términos médicos, la menopausia se produce porque los ovarios dejan de producir hormonas femeninas –estrógenos y progesterona-, los que son sumamente fundamentales en la vida de la mujer.

Usted entonces vivirá intensos cambios debido a las fluctuaciones y reducción en sus niveles de estrógeno. Pero ¿cuáles son las señales? El primero y más notorio es la irregularidad en el ciclo menstrual.

Otro de los signos comunes son los bochornos. Durante algunos minutos, la mujer puede experimentar calor, sudoración, enrojecimiento facial, palpitaciones y a veces, frío.

También con la falla hormonal, el organismo se trasforma: cambia la composición de la piel, ésta pierde brillo y aparecen arrugas más marcadas. Es posible también ganar peso, aunque se mantenga la misma ingesta y gasto calórico.

Asociado a la baja de estrógenos, la presión arterial sube, el perfil lipídico puede alterarse -aumentando el colesterol LDL (el llamado colesterol malo), lo que significa un riesgo grave de enfermedades al corazón.

El alza de peso que ocurre en este período, en general, no se debe a un exceso de comida, sino a un trastorno del metabolismo por la falta de estrógenos. Si usted “sube de peso sin comer”, debe evaluar si tiene resistencia a la insulina, relacionada con el climaterio.

Los cambios que más avergüenzan y no se comentan son los urogenitales. La falta de estrógenos a largo plazo produce incontinencia de orina, sequedad vaginal e irritación en esta zona.

Se agrega a estos síntomas la disminución de la libido, el desinterés por las relaciones sexuales, los conflictos conyugales. Es común que durante o después de la relación sexual, sienta dolor, ardor y “cistitis” (ardor para orinar).

Los síntomas físicos están rodeados por trastornos de ánimo, sensación de inutilidad y eventualmente, depresión. Hay cambios anímicos y sensación de fragilidad emocional que gatillan variaciones en el genio, poca tolerancia, fatigabilidad, irritabilidad, llanto sin razón aparente.

La menopausia determina una serie de necesidades de las pacientes que exigen respuestas concretas y calificadas con orientación clara de parte de ginecólogos con entrenamiento adecuado y discurso común, que puedan comprender y apoyar realmente a la mujer que envejece.