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Prof. Dr. Zoltán Berger publica artículo sobre páncreas graso en población chilena

El páncreas graso o esteatosis pancreática es una patología poco estudiada en nuestro país y no hemos conocido datos de su prevalencia en la población chilena. 

El grupo liderado por el Dr. Zoltán Berger estudió más de 200 tomografías computarizadas de abdomen de pacientes sin patologías conocidas de hígado y páncreas, encontrando alta frecuencia de páncreas graso asociada a la edad avanzada y a obesidad.

El páncreas es la glándula que se encuentra ubicada detrás del estómago e intestino, mide aproximadamente 20 cm. de largo por 5 cm. de grosor y pesa alrededor de 200 gramos. Este pequeño órgano es fundamental para el proceso de digestión, ya que produce enzimas importantes que descomponen grasas y proteínas para que puedan ser absorbidas por el intestino: ésta es su función exocrina. Además, posee una función endocrina, como es la producción y liberación en el torrente sanguíneo de distintas hormonas que regulan el metabolismo, como la insulina y el glucagón, por nombrar las más importantes. Gracias a esto el organismo puede trasformar los alimentos en energía.

El gastroenterólogo Dr. Zoltán Berger nos indica que el páncreas, así como otros órganos, contiene grasa en condiciones normales, “pero su proporción no sobrepasa el 7 o 10% y generalmente aún menos, el 4 o 5%. La esteatosis pancreática o páncreas graso es el aumento de la grasa pancreática sobre 10%”.  Nos explica que la acumulación de tejido adiposo en el páncreas puede ser consecuencia de consumo regular de alcohol, pero tal como sucede con el hígado, puede ocurrir sin este factor. En este caso se llama “páncreas graso no-alcohólico”. 

El páncreas graso no manifiesta síntomas clínicos ni tampoco se asocia a mortalidad directa. “La importancia clínica de la esteatosis pancreática es poco conocida, pero está siendo investigada en forma creciente. No hay una relación conocida entre la cantidad de grasa pancreática y los síntomas clínicos; sin embargo, existen publicaciones que muestran disminución en la producción de las enzimas pancreáticas en páncreas graso no-alcohólico (llamada insuficiencia exocrina) y también han observado mayor frecuencia de diabetes mellitus (insuficiencia endocrina)”, señala Dr. Berger. Y enfatiza: “El aspecto aún más temible es su relación con el cáncer de páncreas: la infiltración grasa es más frecuente en pacientes portadores de cáncer de páncreas”.

Respecto a los factores del riesgo, Dr. Berger menciona que se encuentra, en primer lugar, la obesidad y que su frecuencia aumenta también con el avance de la edad. Nos explica: “El páncreas graso se asocia con frecuencia con el hígado graso y ambos se asocian con el síndrome metabólico, con diabetes, con riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares. La obesidad es también un factor de riesgo en pancreatitis aguda, que aumenta las complicaciones y hasta la mortalidad de la enfermedad. No existen datos de contenido graso de páncreas en estos casos, pero sabemos que la obesidad es uno de los factores de riesgo más importantes de la esteatosis pancreática. Uno puede pensar que la pancreatitis aguda en un páncreas con alto contenido de grasa podría ser más grave, con mayor probabilidad de complicaciones y hasta mortalidad”. 

Le preguntamos al especialista sobre la incidencia de páncreas graso y señala que es desconocida, pero que en publicaciones desde China han visto un aumento desde 16 a 30% en los últimos años. Y sostiene: “Nuestra publicación es la primera y hasta ahora única en Chile, con un hallazgo muy similar: 30% de nuestros pacientes tuvieron alto contenido de grasa en el páncreas. Este hallazgo no tiene síntomas clínicos ni significa el diagnóstico de una enfermedad, menos tiene mortalidad directa; sin embargo, dada la alta frecuencia, su importancia epidemiológica en el futuro próximo puede ser grande. Similar al caso del hígado graso, al que hace algunas décadas atrás no le dábamos mayor importancia y ahora es una de las primeras causas de trasplante hepático en el mundo entero. Por su muy alta prevalencia, el páncreas graso puede tener importante repercusión sobre la salud pública en las siguientes décadas, por consiguiente, merece atención de diferentes especialistas”. 

Respecto a la publicación, Dr. Berger nos señala los hallazgos más importantes encontrados: “La infiltración grasa del páncreas detectable con TAC de páncreas (abdomen) sin contraste es un hallazgo frecuente en individuos sin enfermedad pancreática conocida, sin síntomas que podrían estar en relación con alguna afección de este órgano. Este hallazgo no está consignado en la inmensa mayoría de los informes radiológicos de estos pacientes. Nuestras observaciones dan una primera idea sobre la prevalencia de esteatosis pancreática en Chile, aunque la interpretación de nuestras cifras tiene limitaciones y no se puede afirmar como prevalencia a nivel poblacional". Por otro lado, señala: “La frecuencia de esteatosis pancreática aumenta paralelamente con el índice de masa corporal y también con el avance de la edad. Sabemos que la obesidad es más y más frecuente en el país y también es esperable que el envejecimiento de la población siga aumentando; por consiguiente, el aumento en la frecuencia de esteatosis pancreática es fácilmente predecible”. 

El Prof. Dr. Zoltán Berger es profesor titular, se desempeña en el Servicio de Gastroenterología y es director del Departamento de Medicina de nuestro Hospital. El tema de páncreas en nuestro Hospital reúne a un equipo multidisciplinario de médicos especialistas: Carla Mancilla, Paulina Toledo y Pablo Muñoz, gastroenterólogos; Carla Parra, Álvaro Sanhueza y Max Miranda del Centro de Imagenología; Alex Sauré, Hanns Lembach y Jaime Castillo del Departamento de Cirugía y la enfermera Daniela Simian del Servicio de Gastroenterología. 

Y el Dr. Berger respecto a la investigación que realiza sobre el páncreas comenta: “Hemos realizado algunas observaciones experimentales todavía no publicadas con la bióloga del ICBM, profesora Gladys Tapia, encontrando leve aumento de la grasa intersticial en páncreas de ratas con dieta alta en grasa, modelo de esteatosis hepática. Observamos un aumento de tamaño y número de islotes de Langerhans, pero no esteatopancreatitis, daño estructural de páncreas exocrino; sin embargo, otro grupo encontró pancreatitis, agregando sucrosa a la dieta alta en grasa. Es decir, el consumo de comida grasa (chatarra) asociado también con mayores cantidades de sucrosa (bebidas de fantasía) aumenta aún más la posibilidad de daño pancreático severo”. Y concluye: “De estos datos se deduce la hasta ahora única manera de prevención: alimentación saludable, actividad física, mantener un peso adecuado y evitar la obesidad”. 

Acceda desde aquí al artículo en extenso.