La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca sostenida más frecuente. Su prevalencia ronda entre el 1-2% de la población general y su incidencia va en aumento con el envejecimiento de la población. 

Como señala el médico internista y médico residente de nuestra Unidad Coronaria, Dr. Francisco Ramos: “Esta arritmia está asociada a un aumento de la morbilidad y mortalidad cardiovascular. La fibrilación auricular puede desencadenarse por infecciones, alcohol, ejercicio o estrés. Es importante descartar el compromiso tiroideo como la causa, mediante exámenes de laboratorio. La sospecha es fundamentalmente clínica. Los pacientes sufren de palpitaciones repetitivas, aumento del cansancio, ocasionales perdidas del conocimiento o descompensación de sus patologías de base. Se confirma con electrocardiograma o con un trazado de monitor de más de 30 segundos”, sostiene.

Los pilares del tratamiento son los fármacos, el control de las patologías de base y el ejercicio. Existen medicamentos que logran disminuir la frecuencia cardiaca y otros, que llevan el ritmo a sinusal. Algunos pacientes deben recibir anticoagulación por el riesgo de accidente cerebrovascular.

Otras medidas, señala el especialista, son: “Mantener controladas el resto de las patologías como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la obesidad, el hipercolesterolemia, la apnea del sueño y suspender alcohol y tabaco". Otra arista importante dice es el ejercicio, el cual mejora el pronóstico y está relacionado con menos episodios de fibrilación auricular en el seguimiento de estos pacientes.

Por último, en el seguimiento se debe monitorizar la función renal, tiroidea, hepática, pulmonar y las pruebas de coagulación en caso de recibir anticoagulantes.