06/08/2025
Dr. Sebastián Cabrera demuestra efecto renal selectivo de los iSGLT-2
El nuevo estudio liderado desde Chile muestra que los iSGLT-2 protegen el riñón en insuficiencia cardíaca, pero solo cuando la fracción de eyección está reducida. Esto refuerza la necesidad de personalizar el manejo cardiorrenal: no es solo qué fármaco usamos, sino en quién y según su fenotipo.
“En los últimos años han aparecido medicamentos antidiabéticos muy buenos, que son los fármacos iSGLT-2. Y fue una sorpresa bien grande porque hacía tiempo que no había medicamentos tan adecuados para este tipo de enfermedad. Se sabía que eran buenos, por un lado, para la insuficiencia cardíaca, y también se sabía que eran buenos para la insuficiencia renal, pero no se sabía si estos fármacos eran beneficiosos para todos los tipos de insuficiencia cardíaca que tuvieran insuficiencia renal”, explica el nefrólogo Dr. Sebastián Cabrera, líder del estudio.
Los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 o iSGLT2, como la dapagliflozina, empagliflozina, canagliflozina, entre otros, son un tipo de medicamentos utilizados principalmente para tratar la diabetes mellitus tipo 2. Aumentan la excreción de glucosa a través de la orina y han mostrado beneficios en la salud cardiovascular y renal, incluyendo la reducción de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y la progresión de la enfermedad renal crónica.
“No se sabía si estos SGLT2 eran adecuados para los dos subtipos de insuficiencia cardíaca: fracción de eyección preservada normal o fracción de eyección reducida, en pacientes que tenían insuficiencia renal. Había pocos datos que decían que pudiese haber una diferencia entre los distintos tipos de insuficiencia cardíaca en pacientes con insuficiencia renal”, apunta el Dr. Cabrera.
Utilizando el pooling analysis —técnica estadística que combina datos de múltiples estudios individuales para aumentar la potencia estadística y la precisión de los resultados, sobre todo cuando los estudios individuales son demasiado pequeños para ser concluyentes por sí solos—, el equipo combinó datos de cinco ensayos clínicos con 23.163 personas para entender mejor en quiénes funciona dicha protección renal.
“La insuficiencia cardíaca y la insuficiencia renal coexisten frecuentemente y hacen que al paciente no le vaya tan bien. Entonces cuando fuimos a ver estos medicamentos, que se sabe otorgan protección renal en los pacientes con insuficiencia cardíaca, encontramos que no eran lo mismo, si tenían distinto tipo de insuficiencia cardíaca”, indica el especialista.
En el corazón y el riñón hay una conversación íntima (síndrome cardiorrenal) y este estudio da una pista fina: no todos los corazones responden igual. La fracción de eyección es como el “dial” que ajusta cuánto se protege el riñón.
Encontraron que el beneficio renal se observaba únicamente en los pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida y que no se observaban efectos protectores renales en aquellos pacientes con fracción de eyección normal o levemente reducida.
“¿Qué es lo bueno de eso? Es que permite, primero, el tener claro cuáles son los objetivos que va a tener el tratamiento de un paciente con estos fármacos. En Chile, donde la coexistencia de insuficiencia cardíaca y enfermedad renal crónica representan una carga creciente sobre pacientes y sistemas de salud, saber quién se beneficiará realmente permite enfocar recursos y decisiones terapéuticas, ayuda a personalizar el tratamiento y evita expectativas poco realistas en subgrupos menos respondedores”.
Anteriormente el Dr. Cabrera trabajó en un consenso de varias sociedades científicas con el uso de estos fármacos, el que fue publicado en la Revista Médica de Chile como Consenso multidisciplinario sobre el uso de inhibidores de SGLT-2 (iSGLT-2) en la práctica clínica chilena mediante metodología GRADE. El consenso enfatiza la necesidad de estrategias para optimizar el diagnóstico, mejorar la adherencia y educar sobre los beneficios más allá del control glicémico. Se discuten consideraciones de seguridad y costo-efectividad para una implementación priorizada según la evidencia.
“Estos fármacos son la base del tratamiento de la diabetes moderna, la diabetes tipo 2, y es alta la probabilidad de que estos fármacos sean incluidos en el GES de diabetes. Actualmente ya están siendo incluso administrados en APS, en consultorios. Entonces, lo que se viene ahora probablemente es tratar de que estos fármacos se usen en forma mucho más extendida”, detalla el especialista y agrega, “Y la otra cosa que es importante también es que es de los pocos medicamentos que sirven en este tipo de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada o ligeramente reducida. No hay ninguna terapia para esa enfermedad, salvo estos fármacos en que el paciente va a tener una mejor calidad de vida y va a hospitalizarse menos”.
Participaron de este estudio además los Dres. Daniel Vivanco del Departamento de Cardiología de Clínica Dávila; Daniela Lizama, quien realizó su Programa de Formación en nuestro Hospital; Miriam Alvo del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico; Alejandra Hernández del Centro de Nutrición Cardiorrenal y Luis Michea del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina.
Acceda a la publicación in extenso.
Por: Lorena Penna
Fotografía principal: Víctor Clavijo
Depto. Comunicaciones Corporativas