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07/08/2025
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¿Cómo armo una rutina de cuidado de la piel, si tengo una patología dermatológica crónica?

En un mundo donde el skincare se ha vuelto tendencia y todos quieren ser parte de él, las personas con enfermedades dermatológicas enfrentan un desafío distinto: cuidar la piel sin agravar su condición. La Dra. Irene Araya, directora del Departamento de Dermatología y especialista en rosácea del Hospital Clínico Universidad de Chile, explica lo que sí sirve y lo que hay que evitar al armar dichas rutinas.

En redes sociales abundan las rutinas de belleza con pasos infinitos, promesas de piel de porcelana y productos de moda. Pero para quienes viven con condiciones como rosácea, acné, dermatitis atópica o psoriasis, el cuidado facial no puede seguir esa lógica. En ellos, el skincare debe ser algo estratégico, simple y personalizado.

“La mayoría de los errores que vemos tienen que ver con el uso de productos inadecuados: compran lo que está de moda sin saber cómo utilizarlo, sin revisar ingredientes, fecha de vencimiento ni si es apropiado para su tipo de piel. Además, muchas veces compran productos en la calle que no están regulados por el ISP, por lo que no podemos saber si son seguros o no”, advierte la Dra. Araya y agrega: “No hay productos mágicos. Hay que saber pedir, pero también ser constantes. Muchas veces esperan resultados a la semana y en dermatología eso no ocurre: las respuestas se ven después de los dos o tres meses”.

Según la especialista, en un mar de rutinas con diez pasos o más, lo más importante sigue siendo lo simple, pero efectivo: limpieza, hidratación y protección solar. “La limpieza debe hacerse ojalá mañana y noche. Si en la mañana no hay mucho tiempo, que al menos se tomen un momento en la noche para hacerlo con calma: sentarse, lavarse las manos, tener una toalla aparte para la cara y que ojalá no se quede en el baño para evitar la contaminación. Luego viene la hidratación con cremas humectantes, serums o geles y finalmente la protección solar que se debe reaplicar cada tres horas. Si hay medicamentos que aplicar, su dermatólogo indicará el momento de la rutina para ello".

Tanto la elección del limpiador como del humectante dependerá del paciente. Para pieles sensibles se recomienda el uso de syndets o leches limpiadoras junto con humectantes sin fragancias. Mientras tanto, en pieles grasas el uso de productos de limpieza profunda y humectantes en gel u oil free es ideal. Importante: en ningún caso se recomienda el uso de exfoliantes, ya que pueden dañar la barrera cutánea y reactivar la enfermedad.

¿Qué productos puedo utilizar, si tengo una patología dermatológica?

• Rosácea:

Muchas veces confundida con el acné, la rosácea es una condición inflamatoria que tiende a aparecer después de los 30 años. Esta enfermedad se manifiesta con enrojecimiento, pápulas y pústulas en la zona centro facial. A diferencia del acné, no presenta comedones abiertos (puntos negros) ni cerrados (granos pequeños sin punta). Esta distinción es muy importante porque “la rosácea puede partir con lesiones que simulan acné, pero no lo son. Entonces, las pacientes se hacen limpiezas agresivas que no necesitan, pensando que su problema es por grasa acumulada y empeoran la inflamación”, explica la dermatóloga.

La rutina de skincare para la rosácea debe ser mínima, suave y sin fricción, cosa que no reactive la enfermedad. Los ingredientes más recomendados son el metronidazol o la ivermectina, tópicos bajo receta que actúan como antiinflamatorios; las niacinamidas, por sus propiedades calmantes y los ingredientes ‘antirrojos’, diseñados para reducir la vasodilatación visible.

Se debe evitar el uso de tónicos, toallitas desmaquillantes y cualquier fórmula abrasiva. Además, “hay que tener cuidado con los retinoides porque pueden provocar dermatitis irritativa. Y definitivamente no recomiendo derivados del ácido salicílico, la vitamina C o el ácido glicólico, ya que pueden causar más irritación y empeorar los síntomas”, señala.

• Acné:

En el caso del acné, el mayor riesgo está en el uso indiscriminado de productos para combatirlo. “Hay pacientes que quieren usarlo todo. Sale algo nuevo y lo compran sin chequear si es compatible con su piel los ingredientes que tiene. La base del cuidado de la piel para este tipo de pieles tiene que ver con eliminar el exceso de sebo sin comprometer la hidratación, por ejemplo, usando hidratantes y protectores solares sin aceites o no comedogénicos”, comentó la especialista.

Respecto a los ingredientes activos, el uso de retinol es fundamental para mejorar la piel con rosácea. “No existe tratamiento de acné sin retinoides, salvo que esté en una etapa ya más controlada”, dice la Dra. Araya. No obstante, debe utilizarse con la correcta hidratación o puede causar dermatitis, por ejemplo, el ácido hialurónico que no obstruye los poros. En caso de querer iniciar con algo más suave, se puede reemplazar el retinol por niacinamida.

“Mientras tanto, la vitamina C y los alfa-hidroxiácidos (AHA) como el ácido glicólico son buenos despigmentantes, pero si provocan picazón o enrojecimiento, hay que suspender su uso”, añade la dermatóloga. Además, los AHA son seguros durante el embarazo, lo que los convierte en una buena alternativa en etapas donde los retinoides están contraindicados.

• Psoriasis:

Aunque la psoriasis suele afectar codos, rodillas y cuero cabelludo más frecuentemente, también puede presentarse en el rostro con placas rojizas y escamosas. Acá el cuidado de la piel no es sólo un abordaje estético, sino que es requerido para mantener la hidratación y reducir la inflamación. “Estos pacientes tienen un trastorno de queratinización, entonces su piel necesita ayuda para mantenerse estable con mucha hidratación”, explica.

Entre los ingredientes recomendados para pacientes con psoriasis facial destacan los ceramidas, que restauran la barrera cutánea; niacinamida, por su efecto antiinflamatorio y el ácido hialurónico, que hidrata sin irritar. También es importante controlar los factores externos, como el frío, estrés o la exposición solar sin protección.

• Dermatitis atópica:

En la dermatitis atópica, cada paso mal dado puede disparar una crisis. “El paciente atópico tiene una estructura alérgica y mucha más frecuencia de dermatitis de contacto irritativa. Hay que extremar el cuidado y siempre debería consultar a un dermatólogo antes de probar un nuevo producto. Es importante captar las señales de alerta, como enrojecimiento persistente que pica, arde y luego se descascara”, advierte la especialista.

Por: Rocío Cortez

Edición General: Fernanda Farfán

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