Hospital Clínico Universidad de Chile
28/08/2025
Hospital Clínico Universidad de Chile

Láser y tatuajes: mitos y verdades sobre borrar la tinta de la piel

Por más populares que sean, los tatuajes no siempre son para toda la vida. Hoy la tecnología láser ofrece alternativas para que sea posible borrarlos de nuestra piel. Sin embargo, este procedimiento aún tiene algunas limitaciones y cuidados especiales que suelen desconocerse. Por ello, el Dr. Raúl de la Fuente, dermatólogo de nuestro Hospital, nos aclara los mitos más comunes sobre el uso del láser en tatuajes.

A principios de este año, un estudio de Activa Reseach reveló que un 32,5% de los chilenos tienen al menos un tatuaje, porcentaje que se eleva al 49,4% en el grupo etario de 18 a 30 años. Además, un 30,2% de los encuestados tiene la intención de tatuarse el próximo año. Esta creciente popularidad también ha traído consigo el aumento en la demanda por eliminarlos.

Las razones para borrar un tatuaje son diversas: una decisión personal por estética, porque el tatuaje no envejeció como pensábamos o porque simplemente cambian nuestros gustos. Lo importante es que ahora se puede hacer algo al respecto. El tratamiento láser es la alternativa más efectiva. El Dr. de la Fuente explica que “es un impacto de muy corta duración, pero de alta energía. Lo que hace es una destrucción mecánica en donde el pigmento se pulveriza y luego es eliminado a través del sistema linfático o a través de fagocitosis.”

Sin embargo, este proceso de eliminación natural toma tiempo, razón por la cual se requieren intervalos de al menos 8 semanas entre sesiones. "Estamos hablando de por lo menos un año o incluso más de 2 años para lograr un resultado satisfactorio", advierte el especialista. Esta realidad temporal nos lleva al primer mito sobre este procedimiento:


Los tatuajes se pueden borrar completamente con el láser.

“No es así. No existe tecnología a la fecha que permita un borrado total. Puede haber grados importantes. De hecho, uno establece como logro satisfactorio cuando el aclarado es de un 75% para arriba, pero uno como dermatólogo no puede garantizar que el láser va a desaparecer por completo el tatuaje”, aclara el especialista.

Factores como si el tatuaje es profesional o no, la profundidad, la densidad, el material utilizado y el uso de colores determinarán el nivel de aclaramiento: “los equipamientos con mayor disponibilidad en Chile tratan con eficacia el negro, azul y rojo, pero colores como verde, amarillo y turquesa son muy difíciles de sacar porque requieres máquinas especializadas que sólo tienen algunos centros dermatológicos a los que uno deriva”, agrega.

El estado de la piel no influye en los resultados del láser.

Falso. El dermatólogo explica que para poder realizar este procedimiento la piel debe estar sana sí o sí. Y en caso de presentar una afección crónica a la piel, se debe tener el pase del especialista tratante. “No se puede aplicar láser en una zona que tenga una enfermedad inflamatoria activa, como el acné. Hay enfermedades que tienen contraindicaciones para el uso del láser, por ejemplo, las enfermedades reumatológicas, las que se agravan con la luz. En estos casos la enfermedad tiene que estar inactiva por al menos 6 meses y además contar con el pase por su reumatólogo tratante”, indicó.

El uso del láser aumenta el riesgo de cáncer de piel.

Falso. El Dr. de la Fuente explica que es una quemadura controlada. Al realizarse en un extenso número de sesiones, separadas entre sí por mínimo dos meses, es bastante seguro porque deja a la piel descansar de la radiación. “No estamos hablando de una radiación que altera el material genético de las células. Este es un tratamiento médico, es una terapia con luz que se hace bajo estándares previamente establecidos en condiciones bastante protegidas. Las sesiones se van determinando según la reacción de la piel."

En esta misma línea, el profesional hace un llamado a atenderse siempre con un dermatólogo. “Lo más importante siempre es realizarlo bajo la supervisión de un especialista, porque hay muchos profesionales que ni siquiera son médicos, menos dermatólogos, que hacen láser. Entonces la recomendación como dermatólogo es que, si se va a hacer láser, que sea con un dermatólogo.”

Uno se puede volver a tatuar la zona en la que se remueve el láser.

En realidad, sí es posible, siempre y cuando la zona no haya presentado ninguna reacción al primer tatuaje que se realizó ahí. “En rigor, uno no está rompiendo esa piel: uno está eliminando un pigmento. Y sobre eso, sí; ciertamente se puede, pero por supuesto cuando no haya consecuencias del tatuaje previo, por ejemplo, que no haya hecho alergia a alguno de los pigmentos o generado un queloide como consecuencia de la técnica”, explicó.

• El láser no tiene riesgos.

Aunque es una técnica segura, no está libre de efectos secundarios. Según el dermatólogo, “las reacciones adversas más frecuentes son la formación de ampollas y las alteraciones en la coloración de la piel. La piel puede quedar pigmentada, oscurecida o quedar blanca y esa es la combinación más difícil de tratar. En algunos casos, cuando la energía que se usa al hacer el láser es mucha, pueden quedar las llamadas cicatrices hipertróficas, que son cicatrices de mayor tamaño a la zona donde se produjo el daño.”

Por lo tanto, seguir las indicaciones de cuidado luego de cada sesión es fundamental. “Hay que prevenir la exposición solar, utilizar crema cicatrizante y bloqueador solar. Eventualmente se sumarán los corticoides, que pueden ser en crema o en procedimientos muy extensos de vía oral para prevenir una inflamación excesiva, hiperpigmentación o una hipopigmentación postinflamatoria también y, por supuesto, también analgésico para manejo del dolor. Y control con médico tratante idealmente a las 48 o 72 horas desde el procedimiento y luego después, a la semana”.


Por: Rocío Cortez

Edición General: Fernanda Farfán

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