Hospital Clínico Universidad de Chile
05/09/2025
Hospital Clínico Universidad de Chile

¿Qué es la depresión perinatal y cómo se diferencia del baby blues?

Según cifras del Ministerio de Salud, alrededor del 40% de las mujeres experimenta síntomas de depresión durante el embarazo o en los meses posteriores al parto. Fernanda Pulgar, psicóloga de nuestro Hospital, advierte sobre la importancia de distinguir entre el llamado baby blues y la depresión perinatal que requiere diagnóstico y tratamiento oportuno.

La depresión perinatal es un cuadro de salud mental que afecta a miles de mujeres en Chile, muchas veces en silencio. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Género 2022 - 2023, un 9,3% de las mujeres fueron diagnosticadas con depresión postparto y de ellas, un 60% tuvo acceso a tratamiento. Además, la prevalencia de síntomas depresivos alcanza un 41,3% hacia el tercer mes posterior al nacimiento.

Al respecto, la psicóloga Fernanda Pulgar explica: “Puede empezar desde la gestación hasta más o menos dos meses con posterioridad al parto de un embarazo de término. Básicamente es la sintomatología depresiva común, pero siempre ligada a este foco o motivo en particular. Pueden contribuir factores, como situaciones estresantes de la vida, por ejemplo, experiencias traumáticas anteriores; exigencias físicas y emocionales del parto y de cuidar a un nuevo bebé y, por supuesto, sumado a ello, los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo y después de este”.

Uno de los mayores retos es distinguir entre el llamado baby blues (del inglés "blues" = ánimo melancólico o triste y “baby” = bebé), un estado de tristeza e irritabilidad transitoria luego del parto, y una depresión perinatal propiamente tal. “Lo que los diferencia es la duración, porque la sintomatología es más o menos la misma en términos de sentirse sobrepasada emocionalmente, de estar más lábil, más irritable, con más ansiedad, tener dificultades para percibir el futuro, sensaciones que son esperables mientras se ajusta el proceso hormonal. El baby blues dura entre 10 a 15 días luego del nacimiento”.

La recomendación de la especialista es consultar a tiempo, especialmente si los síntomas se extienden en el tiempo o parten durante la gestación. “Cuando tu entorno ve que tu estado de ánimo es principalmente bajo; tienes dificultades para dormir, ya sea que estás durmiendo en exceso o muy poco; cuando estás con dificultades para concentrarte; cuando estás con dificultades en la alimentación, ya sea que estás comiendo mucho o muy poco; cuando estás con una sensación de angustia, ansiedad, irritabilidad y/o culpa medio difusa que no logras explicar muy bien la causa, es momento de consultar. En especial si a esto le sumamos problemas para establecer vínculo con el bebé”.

Dado que el impacto de la depresión en esta etapa tiene un origen físico y psicológico, Pulgar enfatiza en la necesidad de desestigmatizar el uso de fármacos, pero no obviar la consulta con el especialista para tomarlos. “Necesitamos fármacos porque nuestro cuerpo no genera los químicos que necesitamos para estar funcionando y necesitamos terapia porque la depresión también es una forma de entender las cosas. Ahora, siempre hay que consultar con un psiquiatra, incluso si tuve un set por un cuadro anterior, porque no todos los fármacos son recomendables durante la lactancia”, señala la especialista.

En este sentido, Pulgar también señala que el apoyo de la red familiar y social es clave para la recuperación, en especial si hay otros hijos. “Estando deprimida se pueden volver muy complejas cosas que para cualquiera serían simples. Sí o sí es necesaria la red de apoyo porque cuando se es pequeño y la mamá está deprimida, se crea un vínculo complejo. En ese sentido, muchas veces los niños toman un rol como de ir activando a estas madres que están deprimidas”.

En un país donde la maternidad suele estar idealizada, hablar de depresión perinatal ayuda a derribar estigmas y abrir espacio a una realidad que muchas mujeres enfrentan en silencio. La detección temprana y el acompañamiento oportuno pueden marcar la diferencia, tanto para la madre como para el desarrollo de su hijo.

Por: Rocío Cortez

Edición General: Fernanda Farfán

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