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CIRROSIS HEPÁTICA

Una vez establecida, es una enfermedad crónica del hígado, es decir, una condición permanente y punto final de varias enfermedades hepáticas que pueden derivar en cirrosis. Es una condición en la que producto de un daño hepático, el hígado va alterando su estructura normal, desapareciendo las células que lo forman y reemplazándose por tejido fibroso. El poco tejido hepático que se regenera no tiene la arquitectura del tejido normal, por lo tanto, su función se altera, lo que termina en que el hígado deja de funcionar. Ante casos extremos se puede requerir de un trasplante hepático.

 

Las causas son variadas, pudiendo ser el alcohol y algunas hepatitis.

SÍNTOMAS

La cirrosis hepática es un enemigo silencioso que da síntomas sólo en etapas avanzadas de la enfermedad: ictericia, disminución de proteínas en el organismo (lo que se traduce en edemas en las extremidades), acumulación de líquidos al interior del abdomen, adelgazamiento, compromiso general.

AUTOCUIDADO

-Suspender los factores de riesgo como el alcohol.
-Aquellos pacientes que ingieren medicamentos hepatotóxicos, mantener un control de la función hepática regular.
-Evitar conductas de riesgo para el caso de las hepatitis B, C, D y E que pueden derivar a etapas crónicas.

¿CUÁNDO ACUDIR AL MÉDICO?

Acudir al especialista para realizar chequeos preventivos.

EXÁMENES QUE SE INDICAN

Exámenes de función hepática, fundamentalmente el perfil hepático.