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ROSÁCEA

Es una afección que causa enrojecimiento e inflamación de la piel de la cara principalmente las áreas del centro de la cara (mejillas, nariz, frente, mentón). Es una tendencia hereditaria de la piel que actualmente podemos prevenir y tratar en forma eficaz.

La causa exacta es desconocida y es más común que se inicie en la tercera o cuarta década de la vida y su mayor incidencia está entre los 40 y 50 años. Es un poco más común en mujeres; sin embargo, cuando afecta a los hombres,
generalmente es una presentación más severa y frecuentemente asociada a complicaciones. Es muy raro su diagnóstico en la infancia.

 

SÍNTOMAS

 

Al comienzo sólo hay enrojecimiento facial de carácter intermitente (flushing), comprometiendo el centro de la cara, pero también pudiendo afectar las orejas, escote y espalda. Se desencadena inicialmente con los cambios de temperatura bruscos, calor, exposición solar, ingesta de alcohol. A medida que progresa, el eritema es persistente y se agregan vasos 
sanguíneos dilatados y delgados (telangectasias) y posteriormente, “granos” o solevantamientos de la piel, algunos firmes y sensibles, otros con contenido tipo purulento (pápulas, nódulos, pústulas). 

 

En casos más avanzados se produce un engrosamiento de las glándulas sebáceas de las mejillas y de la nariz, constituyendo una complicación denominada rinofima. Pueden también engrosarse otras zonas como los lóbulos de las orejas, el mentón o la frente. Otra complicación asociada a la rosácea es el compromiso ocular. Hasta el 50% de los 
pacientes pueden manifestar ardor, dolor, sensación de cuerpo extraño, disminución de la secreción lacrimal, conjuntivitis e incluso compromiso corneal durante los ataques agudos. Es aconsejable que todo paciente con rosácea y molestias oculares acuda al oftalmólogo.

 

AUTOCUIDADO

 

Lo más importante son las medidas de cuidado general, evitando los desencadenantes y factores que empeoran la sintomatología o ponen la cara roja:

-Evitar el calor y ambientes con temperaturas extremas. 
-La dieta libre de aliños, alcohol y cafeína. 
-Evitar los alimentos muy calientes o que emiten vapor. 
-Evitar los masajes faciales y el frote de la piel en el aseo diario o al aplicar los cosméticos. 
-Realizar ejercicios en ambientes más bien fríos, evitar los ambientes pequeños, calefaccionados o con mucha gente. 
-Evitar cosméticos, jabones, lociones astringentes, abrasivos, agentes que produzcan descamación de la piel. 
-Protección solar permanente (SPF 15 o mayor) y con un producto recomendado por su dermatólogo, que proteja de las 
radiaciones UVA y UVB. Deben ser no irritantes, libres de alcohol y en una textura adecuada al tipo de piel.

TRATAMIENTOS

Su dermatólogo escogerá el tratamiento más adecuado según la etapa de su enfermedad. En general se utilizan cremas o geles de uso local y que pueden contener antibióticos, antimicóticos, antiparasitarios, retinoides y otros. Los pacientes 
con rosácea NO DEBEN automedicarse metronidazol, ya que es un antibiótico potente.


Existen varias opciones de tratamiento:

 

-Tratamientos con máscaras o geles 
descongestivos.

-Aplicación de sustancias frías con críoterapia (nitrógeno líquido, nieve 
carbónica).

-Tratamiento con láser de las 
telangiectasias y el eritema persistente de 
la nariz y mejillas.

-En la actualidad el uso de láser KTP e IPL, han contribuido bastante a disminuir los efectos de esta condición.

-Cirugía de las complicaciones (principalmente en el caso de rinofima).