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INFLUENZA

Es una de las enfermedades respiratorias más contagiosas y se propaga de persona a persona a través de las secreciones de nariz y boca. 


Como su propagación es por medio de secreciones, acciones como toser, hablar, estornudar, cantar o tener contacto directo con el enfermo son suficientes para traspasar con rapidez el virus. Además, los lugares cerrados, la aglomeración de gente y la poca ventilación de un recinto aumentan las posibilidades de contagio, por lo que es importante tomar resguardos en jardines infantiles, colegios, hogares de reposo para adultos mayores, transporte público, entre otros sitios con estas características.

SÍNTOMAS

Fiebre, cansancio, tos, escalofríos y los dolores de garganta, cabeza y musculares forman parte de la sintomatología común de la influenza. Si bien suele durar unos pocos días, hay que estar alerta especialmente en lactantes, adultos mayores, embarazadas y algunos tipos de enfermos, ya que puede derivar en cuadros respiratorios más graves o intensificar otras patologías anteriores del afectado.

AUTOCUIDADO

Mantenga distancia con personas enfermas: evitar el contacto con individuos contagiados es una medida básica, porque la principal razón de contagio de este virus es el contacto directo o la cercanía a los focos infecciosos. 

Buena higiene: el aseo adecuado de manos es fundamental para la prevención de varios tipos de patologías, por ello, deben lavarse periódicamente manos y uñas, así como aplicarse, en lo posible, alcohol gel en las palmas. 

En casa: la limpieza del hogar también marca la diferencia. Además de ventilar la casa, mínimo una vez al día (los lugares cerrados favorecen el contagio), deben desinfectarse o al menos limpiar todas las superficies, artefactos y utensilios que sean usados de manera habitual por la familia. Asimismo, la pulcritud debe abarcar los diversos espacios y elementos ocupados por los niños, ya sea el mudador, cuna, coches y juguetes. Si lleva a sus hijos a recintos como jardines y salas cunas, cerciórese de que todas estas labores sean realizadas con rigurosidad.

Una alimentación equilibrada rica en frutas y verduras, buenos hábitos (como no fumar), así como la lactancia materna prolongada, otorgarán a los menores de mejores defensas para su organismo, disminuyendo sus probabilidades de enfermar. De nada sirve adoptar un estilo de vida sano por momentos; el cuidado debe ser permanente.